Mis muñecas sangraban, lentamente iba perdiendo la noción del tiempo y espacio.
Sentía que mi alma salía por aquellas cortadas, y poco a poco, mi dolor mental fue desapareciendo.
Iba a morir, jamás había estado tan feliz antes, sabía que ya no iba a...
Después de escuchar aquellas palabras me quedé congelado. No sabía que debía hacer, si salir o negarme, ya que no tenía idea de quién podría ser la persona que había venido a verme. Lo pensé un momento y decidí salir para calmar mi curiosidad.
Al llegar a la sala de visitas busqué algún rostro conocido. Hasta que de pronto lo encontré, o más bien dicho los encontré. JiMin y Hoseok muy campantes sentados en una mesa.Caminé hacia ellos con cierto coraje pero más que nada con desconcierto.
— ¡Hyung! — JiMin corrió hacia mi y me abrazó fuertemente. Yo le puse las manos en la espalda y lo palmeé. No sabía como debía reaccionar exactamente. —
— ¿Que haces aquí?
— ¿Que pasa? ¿Que no estás feliz de verme? — Preguntó haciendo un puchero. —
— ¿Que está haciendo él aquí? — Dije sin contestar su pegunta y señalando a Hoseok. —
— Yo vine a ver a Taehyung... no a ti. — Saltó Hoseok. —
— Él está enfermo, así que mejor vete. — Dije tratando de aguantar las ganas de golpearlo. —
—¿Enfermo? ¿Está bien? — En su rostro reflejaba preocupación verdadera. —
— Tiene síndrome de que mierda te importa, así que lárgate. — Insistí. —
— Hyung... ¿no puedes dejar de pelear por un momento? Yo vine a verte y me estás ignorando.
— Lo siento JiMin... — Sentí ganas de abrazarlo, miré sus labios y me dieron unas ganas inmensas de besarlo pero a la vez pensaba en Taehyung, eso no era justo. Mientras él estaba enfermo yo estaba queriendo besar a JiMin. — Creo que es mejor que ambos se vayan. Seguro que la pasarán bien. — Dije resentido. —
— Si, mejor vayámonos antes de que golpeé a este idiota. — Le dijo Hoseok a JiMin.
— Espera Hobi, necesito hablar con YoonGi. ¿Podrías dejarnos solos?
— Como quieras. — Dijo sin expresión, se levantó de la silla y me miró. — Dale mis saludos a Taehyung... y espero que tú también te mejores. — Se giró y se fue. —
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Me sorprendió que Hoseok me hubiera deseado que mejorara, sobretodo porque esta vez sentí que lo dijo de verdad, no sarcásticamente como las veces anteriores. Por un momento me sentí mal por haberle contestado de esa manera.
— Hyung. — JiMin tomó mi mano. — Te he extrañado tanto... vine a pedirte que me perdones por favor. Fui un imbécil, pero este tiempo sin ti me hizo darme cuenta de que en verdad te amo. Cuando supe que estabas en el hospital quise ir a verte pero tu padre me impidió pasar. Quiero estar solamente contigo. — Dijo lloriqueando. —
Las palabras del menor entraban directo a mi alma removiendo los sentimientos que intentaba borrar. Entre más hablaba él yo más débil me sentía. Quería decirle que yo también lo amaba y largarme de ahí con él a mi lado en ese instante.
