CASTIGO

110 18 0
                                    

Mientras el cigarrillo se consumía, yo tomaba valor para saltar de una vez por todas. Lo arrojé y miré como caía hasta la carretera, se veía tan ligero... ¿Si yo saltaba, sería tan ligero como la colilla de mi cigarro?

Tomé un suspiro, mi último suspiro. Mis manos se aferraron fuerte al barandal, como tratando de detenerme, pero sin importarme más... Cerré los ojos y salté.

Pero algo extraño pasó, no caí, sino que por el contrario, fui arrojado hacia atrás. Unos oficiales de policía me habían encontrado y habían "salvado mi vida".

- Min Yoongi, estás bajo arresto por el asesinato de Jeon Jungkook. - Me dijeron y luego me esposaron. -

Yo me mantenía en silencio, pues realmente no tenía nada que decir, no podía mentir y decir que estaban equivocados, tampoco me importaba que me llevaran.

Llegamos a la comisaría y me metieron en una celda. Estuve esperando, me mantenía en silencio, pero mi mente hacía mucho ruido. Me preguntaba tantas cosas ¿por qué mierda seguí a Jimin? ¿Esto había sido obra de mis celos en desmedida? ¿Había sido su culpa por serme infiel? ¿Jungkook en verdad merecía que lo asesinara? Pero una me atormentaba en especial ¿Con quién estaría ahora mi Jimin? No podía siquiera pensar que ahora él podría estar con otros, no lo soportaba. Tal vez en el fondo era un psicópata porque incluso llegué a desear haberlo matado a él, así no sería de nadie más.

No sé cuanto tiempo pasé allí, pero me quedé dormido en una esquina sentado, desperté cuando la pesada reja de la celda se abrió.

- Min Yoongi, tu abogado está aquí.

¿Qué abogado? Yo no había pedido ninguno.

Un tipo alto y de traje negro estaba allí parado frente a mi.

- Hola, mi nombre es Jung Wooseok, yo seré quién te defienda en la corte.

- No necesito ni quiero que me defiendan.

- Bueno, ya me paga el estado, así que no puedo irme de aquí, si aún estás afectado puedo regresar después.

- No quiero que regreses nunca. - Chasqueé la lengua. -

- Entonces solo me quedaré aquí y fingiré que hablo contigo... - Se sentí en una banca de piedra que había dentro de la celda. - ¿Seguro que no quieres contarme cómo pasaron las cosas? -

- Ya debes saberlo ¿no?

- Sí, me dieron todo tu caso, pero a veces las cosas no son como ae cuentan en estos papeles, siempre hay dos versiones de la historia.

- Bueno, puedes creer esa versión, seguro todo lo que dice allí es cierto.

- Escucha Yoongi, lo que hiciste es algo grave, podrías pasar hasta 30 años en prisión, si me cuentas tal vez pueda ayudarte, o al menos reducir tu sentencia, dime ¿fue en defensa propia? Debiste estar furioso, le diste 37 puñaladas.

- Bien. - Suspiré. - Te lo contaré. -

Él no iba a darse por vencido, y además la idea de pasar menos tiempo en prisión no me parecía nada mal. Le conté todo, me preguntó muchas cosas sobre el homicidio y sobre mi pasado, después de un rato él lucía satisfecho con mis respuestas.

- Perfecto, creo que sé que debo hacer, no te preocupes. - Me sonrió y se levantó. - Regresaré mañana, por hoy vas a quedarte aquí ¿hay alguien a quién desees llamar? ¿Alguien a quién avisarle que estás detenido? -

- No... Nadie.

- Bueno, hasta mañana Yoongi, trata de descansar. - Dijo y salió. -

Verlo tan tranquilo me hizo sentirme igual, me trajo algo de paz pensar que todo estaría bien. Le hize caso y dormí, pasé todo ese día dormido, entre más tiempo durmiera, menos pensaría en todo.

La noche en la celda era helada, yo tiritaba de frío y me costaba conciliar el sueño, despertaba constantemente pero al final volvía a dormir. Cuando al fin amaneció yo me sentía aún muy cansado. Cabezeaba de sueño mientras me recargaba en la pared, pero de nuevo la celda se abrió dejando pasar a dos caras conocidas, mi abogado... Y el doctor Namjoon.

- ¿Q-que hace aquí? - Le dije sorprendido. -

- Oh Yoongi... - Él me miraba con tristeza. - Tu abogado me contactó, voy a testificar en tu juicio. -

- Sí, él será perfecto para nuestro caso. - Dijo Wooseok. -

Los tres platicamos un poco, yo moría de ganas por abrazarlo y llorar en su hombro, pero no se permitía tocarnos ni las manos en aquel lugar. Al final ambos se marcharon. Mi abogado me dijo que en tres días iría a juicio, que traería un traje para mi y me conseguiría una ducha para que estuviera presentable ante el juez.

Estaba ansioso, demasiado nervioso y pensativo, pero él me había dicho lo que yo debía contestar para que todo fuera bien.

En la noche regresó para practicar el interrogatorio que seguramente me harían, yo quería que todo fuera excelente, y al final así fue, pues lo hice perfecto, practicamos alrededor de dos o tres horas, pero lo conseguimos, ambos estábamos confiados en que podía salir bien librado de aquel problema.

- Bueno Yoongi, debes descansar... Mañana es un gran día. - Dijo cuando ya iba a marcharse. -

- No sé si pueda. - Dije sincerandome. - He pensado mucho en Jimin ¿él está bien? -

- No debería darte esta información... - Miró para asegurarse que nadie nos escuchara. - Pero sí, él tuvo que recibir puntos en el rostro por la herida, pero está sano. -

- Gracias. - De pronto mis ojos se cristalizaron. - Ojalá que todo salga de acuerdo al plan. -

- Así será, no me gusta regodearme, pero no he perdido un caso, este no será la excepción... Puedes confiar en mi, solo debes seguir las instrucciones al pie de la letra, apegarte a lo que practicamos aquí y todo estar a bien. - Se levantó. - Debo irme, descansa. - Salió de allí. -

¿Él diría la verdad? ¿En serio todo estaría bien? Había matado a un hombre... ¿Qué tan bien podía estar eso? Muchas dudas me invadían, pero no era el momento para dudar, ahora el momento de tratar de arreglar mis estupideces de la mejor manera. Esa noche no pude dormir, cada vez que cerraba lps ojos podía verme apuñalando a Jungkook ¿acaso el remordimiento y el cargo de consciencia estaban haciendo efecto sobre mi?

DEPRESSEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora