Mi mente no paraba de darle vueltas al asunto de JiMin y a como me había rechazado. Estando en mi casa me propuse a pensar en que podía hacer yo para agradar al menor.
Tal vez era mi maldita drogadicción, mi frialdad, o mis constantes ganas de matarme lo que hacía que él no me quisiera a su lado. Era lo bastante útil para follarlo pero no para tener una relación estable.
Después de muchas vueltas me decidí a llamarlo para disculparme otra vez y para hablar con él, estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para estar con él. Sentía que me faltaba el aire si no estaba a su lado. Él era lo único que yo deseaba en esta vida.
- Atiende, atiende por favor. - Suplicaba mientras el teléfono sonaba. -
- ¿Hola? - Contestó el chiquillo al fin. -
- Escucha JiMin... yo siento mucho haberme portado como un imbécil. -
- Esta bien hyung, tal vez yo también reaccioné mal.
- Mira, solo quiero ser muy directo contigo y decirte que... - Sentía como mi orgullo formaba un nudo en mi garganta impidiendo así que mis palabras salieran. - Haré lo que sea necesario. -
-¿Necesario? ¿Necesario para que?
- Para estar a tu lado, tú y solamente tú eres lo que me hace feliz, eres la cura a mi depresión y a mis problemas.
- Wooow... ¿Lo dices en serio hyung? - Preguntó con asombro. - Pues entonces vamos a tratar de que esto funcione. -
-Ok Jiminnie. - Mierda, mi cerebro me traicionaba, ya estaba poniéndole apodos cursis. -
- Quiero verte, en seguida llego a tu casa, para poder hablar más cómodamente. ¿Te parece?
- Por supuesto que me parece. Entonces ahorita nos vemos.
- Adiós hyung. - Dijo en un tono suave y colgó.
No sé porque me invadió un sentimiento de pánico de pensar que JiMin vendría a mi casa, es decir él ya había estado aquí miles de veces antes, pero tal vez nunca con el propósito de hablar sobre algo entre él y yo.
Eso me tenía muy alterado. Tanto que me dí una ducha rápida, quería estar limpio para él. Recogí un poco unas cosas desordenadas de mi habitación y le puse aromatizante.
Justo a tiempo para cuando tocaron la puerta. Bajé con el corazón acelerado y lo ví allí parado con esa hermosa sonrisa y esas tiernas y rosadas mejillas que hacían estremecer a mi corazón.
- Hola JiMin. Adelante pasa por favor.
- Vaya hyung cuanta cortesía... eso no es normal. - Se burló. - Aunque preferiría que me llamaras Jiminnie al igual que hace rato en el teléfono. - Sentí mis mejillas arder de vergüenza. -
- Está bien Jiminnie, si ese es el primer paso para conquistarte así será. - Dije rojo como un tomate.-
Fuimos a mi cuarto para tener una conversación un poco más privada. Pero el hecho de estar en esas cuatro paredes a solas con el menor me ponía exageradamente nervioso y caliente. No podía dejar de pensar en lo que había pasado en su casa.
En sus expresiones mientras lo penetraba, y en lo bien que sonaba mi nombre en su boca. Lo miraba y lo deseaba, demasiado. Pero sabía que estabamos allí solo para conversar así traté de contenerme por más difícil que esto me resultara.
- Ok señor YoonGi, empecemos por hablar de las actitudes que no me gustan de usted. - Dijo el menor tratando de parecer muy serio. -
- Dígame joven Jiminnie lo escucho. - Le seguí la corriente. -
- Mira hyung... me gustas, de verdad me gustas. Eres muy atractivo, me gusta pasar el tiempo contigo, eres una excelente persona ya que sabes ver a través de la gente, eres muy inteligente y nada superficial. - Dijo acariciando mi mano. - Pero... - Pero, esa maldita palabra, yo la odiaba sobre todas las cosas. - A veces eres muy inmaduro, impulsivo, te drogas, no tienes los medios para mantenerte ni a ti ¿Que puedo yo esperar? ¿Un futuro contigo? no lo creo. Dejaste la escuela y no sabes hacer nada, has dedicado tu vida a la perdición. Sin contar que hoy te tengo pero mañana no es seguro, tus intentos de suicidio son impredecibles y constantes. Por favor compréndeme. -
- Si... claro te entiendo perfectamente... siendo sincero yo tampoco me escogería a mi mismo. - Dije con tristeza y la cabeza agachada. - Pero Jiminnie. Si me das la oportunidad puedo cambiar, y hacerte feliz, sé que puedo hacerlo. Por ti soy capaz de todo. No quiero perderte. -
- No te prometo aceptar ser tu novio por ahorita, pero podemos tener citas y a medida que vayas mejorando vamos a poder ser novios más rápido ¿va?
- Me parece bien. - Dije aunque la verdad no me parecía bien, me parecía una mierda tener que esperar para tenerlo. - Jiminnie... múdate conmigo. - Solté sin pensarlo mucho. -
- ¿Pero que dices hyung? ¿Mudarnos a dónde?
- Vamos, encontraré un lugar a donde irnos solo tú y yo.
- Hyung, el mudarme contigo no cambiará las cosas. Aún no estoy seguro de querer una relación contigo.
- No importa, tú vente conmigo sin compromisos, te juro que te haré feliz. Por favor. - Dije casi suplicando.-
- Está bien, primero encuentra algo y después lo discutimos. Oye hyung... ¿Es posible separar el sexo del amor? - Preguntó con una sonrisa ladina. - Porque lo que pasó el otro día en mi casa, me dejó deseando un poco más de ti. -
Yo estaba sentado con las piernas separadas en la orilla de la cama y el menor se acercó travieso colándose por en medio de la separación de mis piernas, recostándome en la cama y subiendo sobre mi.
Comenzó a besarme con sus carnosos labios, yo por instinto atrapé su labio inferiory le di una pequeña mordida que le hizo soltar un gemido. rápidamente me deshice de su camisa mientras él hacía lo mismo con la mía.
Quitó mi cinturón y retiró mi pantalón. Para así de nuevo bajar y hacerme sentir el calor y la humedad de su boca en mi erecto miembro. Esta vez fue diferente, solo yo obtuve placer al dejar que me derramara en su boca.
Se levantó y me arropó suavemente recostándose a mi lado, él ahora me estaba consolando, me daba seguridad en sus abrazos. Siempre creí que yo estaba destinado a protegerlo a él cuando en realidad era él quién me hacía sentir como un niño pequeño e indefenso refugiándome en su regazo. Por primera vez sentí que me habían follado.
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DEPRESSED
Hayran KurguMis muñecas sangraban, lentamente iba perdiendo la noción del tiempo y espacio. Sentía que mi alma salía por aquellas cortadas, y poco a poco, mi dolor mental fue desapareciendo. Iba a morir, jamás había estado tan feliz antes, sabía que ya no iba a...