Amor y Dolor I

Capítulo 11

7mo mes de embarazo

Ese sábado había amanecido muy rara, para empezar no había llegado la carta de Justin, dejaría que pasaran más horas y llamaría a su madre para ver si llegó. Tenía un muy mal presentimiento, el repartidor siempre las dejaba a las 7:00am cada sábado, puntual, y ya eran las doce del medio día. Sabía lo que significaba pero no lo podía aceptar. Por eso decidió adelantar trabajos para despejar su mente.

Había montado su estudio fotográfico en un local del centro comercial hacía ya dos semanas, le iba muy bien, el lugar hacia falta allí en el pueblo, algo bueno para su negocio. Su madre se quedaba en casa, Zoey era su recepcionista y Danna que estudiaba fotografía también, era su asistente.

Estaba revelando fotos y editando otras, cuando Danna entró a su oficina.

-Sonny. ¿Estarás bien si Zoey y yo nos retiramos?, es que tenemos una cosa que hacer.

-No hay problema, yo tomo las llamadas directamente y cierro a las cinco como siempre. Ustedes vayan.

-Gracias, Sonny- le lanzó un beso.

Ella podía trabajar perfectamente sola, en las tardes no era muy concurrido el estudio. Siguió sin problemas trabajando, compró algo para comer y continuó editando fotos.

Para las 4:30pm, estuvo cerrando el negocio, para tomar su auto y conducir a casa. Recibió una llamada de su madre.

-Hola, mamá. Ya estoy saliendo para allá.

-Perfecto cariño, para eso te llamaba.

-¿No ha llegado nada aún?- preguntó afligida.

-Lo siento, mi pequeña, pero nada ha llegado.

-Bueno, seguro lo olvidó. Últimamente no podía escribir mucho.

-No te sientas mal, mi niña, ya verás como el sábado que viene estará tu carta aquí.

-Eso espero mamá. Te dejo que voy a conducir.

-Con cuidado, Allison- y colgó.

Condujo hasta su hogar, cuando llegó a la entrada de la casa no se escuchaba movimiento. No le tomó importancia y entró.

-¡Sorpresa!- gritaron varias personas en su sala de estar.

-¡Oh, por Dios!- tapó su cara.

-Bienvenida a tu Baby Shower- dijo Zoey.

Y en efecto, le habían preparado una fiesta sorpresa. Habían muchos bocadillos variados, personas con las cuales antes se juntaba estaban ahí, antiguos compañeros de la universidad.

Estaban compartiendo, haciendo chistes, le dieron muchos regalos para sus bebés, hicieron karaoke, juegos y se tomaron muchas fotos.

Estaba poniendo los regalos en el cuarto de los bebés y su familia limpiando el desorden. Cuando terminaron eran alrededor de las diez de la noche y se fueron a acostar.

Al otro día en la mañana, despertó con el mismo mal presentimiento pero la angustia era mayor. Bajó a desayunar con su familia. Contaban anécdotas del día anterior y reían cuando tocaron el timbre. Se miraron extrañadas, ¿quién sería un domingo a las ocho de la mañana?, se preguntó.

-Yo voy- anunció.

Se levantó con cuidado pues su vientre era muy pesado y se dirigió a la puerta. Cuando abrió su corazón comenzó a bombear fuerte, eran un general y un soldado.

-Buen día, señora O'Connell- dijo el general.

-Bu...Buen día- tartamudeó.

-¿Quien es Sonny?- preguntó Danna, acercándose junto a las demás -Oh, buen día.

-Buen día, señorita. ¿Usted es?- respondió el hombre.

-Danna O'Connell- le tendió la mano y el la recibió.

-En ese caso, continúo. Soy el General Robert Collins y él el soldado John Swan- se presentaron.

Sus rostros eran serios tanto que daban miedo y los nervios de Allison estaban a flor de piel.

-Les traemos un comunicado- dijo el soldado -el teniente Justin O'Connell, fue abatido en Afganistán y su cuerpo no aparece. Lo sentimos mucho. Y nuestras mayores condolencias -su rostro era muy serio.

-¡No!- gritaron Danna y Allison al unísono hundiéndose en un llanto desgarrador.

El hombre que ellas tanto amaban había muerto, por eso no llegó su carta. Su dolor era único, fuerte, no podía respirar, no asimilaba la mala noticia, sentía que estaba en una pesadilla pero era real, maá que real. Su esposo se fue, no volvería. Las lágrimas salían a montones de sus ojos, vio a su madre que también lloraba, a Danna que estaba arrodillada en el suelo llorando desconsoladamente en los brazos de Zoey que también derramaba lágrimas.

Sintió unos brazos cálidos envolviéndola, levantó la vista y se encontró con la mirada de Sara.

-Mamá, se fue, me dejó- decía entre sollozos -Me prometió que volvería, que no me abandonaría y no cumplió. ¡No cumplió!- lloró mas fuerte.

-Lo sentimos en verdad, señora, en cuanto encontremos su cuerpo se le será entregado- dijo el general.

-¡Cállese, no hable, él está vivo, yo lo sé! ¡Largo de mi casa, ahora!- gritó a los oficiales y estos se marcharon.

-Tranquila mi niña, tienes que ser fuerte, por los bebés.

-¡¿Es que no entiendes?!, Justin murió mamá, me dejó- gritaba fuera de sí.

Las lágrimas la ahogaban y su madre solo dejó que se desahogara que soltara todo, tal como hacía Zoey con Danna.

******

En la casa habitaba el silencio, Allison y Danna estaban en el sofá sentadas, mirando a la nada. Parecían zombis, no querían comer, no querían hablar. Nada.

Solo hacían lo que Sara y Zoey le obligaran. Tenían en eso una semana ya. Era lo mismo siempre.

El ánimo que había obtenido Allison se esfumó nuevamente, dándole paso a la depresión. La efusividad y energía de Danna desapareció también y Zoey se estaba hartando.

-¡Allison!, ¡Danna!- las llamó y ellas subieron esa vacía mirada -Escúchenme bien las dos. No voy a permitir que se hundan en su sufrimiento, ¡no, señor!- les señaló con el dedo -Dentro de poco vienen dos angelitos a la casa y necesitan amor, alegría. Ya sé que la noticia es devastadora, yo también quería a Jus. Pero a él no le hubiera gustado que se pusieran en modo muertas en vida. Él habría querido que siguieran su vida, alegres y divertidas como lo son ambas. Por favor, piensen en los niños. En tus bebés, Sonny, en esos sobrinitos que tanto esperabas, Danna. Tienen que volver, se los ruego. Mamá esta muy triste por ustedes y no queremos perderla a ella también, ¿verdad?

Las lágrimas cayeron por el rostro de las tres mujeres y para darle más emoción al momento, los bebés comenzaron a patear en el vientre de Allison, haciendo que ella levantara su mano para acariciarlo, cosa que no hacía hace días.

-Lo siento- dijeron al unísono -Pero esta noticia me derrumbó Zoey- continuó Allison.

-Lo sé, Sonny, por eso entre todas vamos a salir a adelante. No olvidar, si no pasar página.