Capítulo 5/IV

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Tres semanas después...

–Te voy a matar, Danna, lentamente y sin piedad– dijo Katie al mirarse en el espejo, ladeó la cabeza –No, es un hecho. No me voy a poner esto en el festival. Me niego.

–Debes hacerlo, Marcos irá de príncipe, tú tienes que ir de princesa– le insistió su amiga.

–Pero no me gusta, no va conmigo– hizo un puchero –Me veo ridícula. Además, este es tu disfraz.

–Ya lo sé– Danna rodó los ojos –Pero tú lo necesitas más que yo.

–No, me niego a usar esto. Quiero mi traje de vampiresa– se cruzó de brazos.

Ambas estaban en el apartamento de Katie, era temprano y pronto sería el festival de talentos. Tan pronto como Danna supo de qué iría Marcos, tomó su disfraz y salió corriendo hasta la casa de su amiga.

Kat tenía un vestido vaporoso y con mucha tela, típico de una princesa. Era de color rosa pastel con algún toque de amarillo, estaba decorado con dibujos de enredaderas de rosas y el gran traje iba acompañado de una capa amarilla. Se lo quitó y lo guardó en una bolsa para luego colocarse un vestido verde agua, unas sandalias con tacón alto de color beige al igual que sus pendientes. Su pelo iba medio recogido y cayendo por su espalda en suaves ondas.

» –Vamos que se hace tarde– le avisó a Dan –¡Amy!, ya nos tenemos que ir.

La niña apareció con un vestido blanco impoluto y el peinado de Bella, ya que en la tarde usaría el vestido amarillo, el mismo de la fiesta de su amiga Florence.

–Que linda estás, Amy– le sonrió Danna.

–Ya lo sé. Soy muy bella– agitó sus pestañas.

–De tal palo, tal astilla. ¡Vaya ego!

–Dejen de hablar y vamos al colegio.

Las tres salieron del apartamento para tomar un taxi rumbo a la escuela. Tenían todo perfectamente planeado, así que esperaban que todo saliera bien.

***

Marcos se encontraba en el colegio. Como director debía de recibir, junto a lo maestros, a los niños en compañía de sus padres y dirigirlos al salón de actos, sonde sería el concurso. Vestía una impecable camisa blanca, unos vaqueros y unos zapatos negros.

En las últimas semanas había aprendido a apreciar a Katie, convivir y trabajar con ella esos días, le dieron a conocer que era una mujer llena de vida, alegre, optimista y amorosa con todo el mundo. Sin olvidar su ego elevado por los cielos. Pensaba en ella todas las noches y a la vez tenía sus repetidas pesadillas, su cabeza estaba hecha un lío, pero lo único que sabía era que una pequeña castaña había invadido su mente y eso le gustaba, más de lo que podía admitir.

–¡Hey, Marcos! ¿Y tu traje de príncipe? Sueño con verte en el– se burla Jayden acercándose a él.

–No vengas a joder, Jay, no estoy para tus mierdas– le dijo en broma.

–¡Vaya vocabulario!, es irónico que seas el director de una escuela infantil– lo acusó Zoey.

Marcos iba a contestar cuando vio a la dueña de sus pensamientos diarios bajar de un taxi junto a Danna. Está preciosa, dijo para sí mismo. Obviamente no lo diría en voz alta nunca.

–Cierra la boca, compañero– le susurró Jayden en el oído –Te va a entrar una mosca– soltó una risa burlona y el ojiazul lo fulminó con la mirada.

–¡Buenos días a todo el mundo! Hace un día precioso, ¿no?– saludó Katie con una gran sonrisa –Estoy preparada para el puesto de besos, a ver si te compras unos boletos, Marcos– le guiñó un ojo al mencionado que inmediatamente se tensó.

Amor y Dolor IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora