Amor y Dolor I

Capítulo 3/II

Zoey se sentía desnuda ante su mirada y carraspeó.

-¿Eres la hija de la dueña?

-Así es.

Se quedaron en un incómodo silencio.

-¿Quieres tomar asiento?- le preguntó ella.

-Claro.

Tomaron asiento en la mesa donde ella anteriormente estaba, charlaron de su salida y quedaron en ir a un Starbucks que había a dos cuadras, sería al otro día a las cuatro de la tarde.

-Lleva a Ryan, es una orden.

Ella lo miró divertida y sorprendida al mismo tiempo.

-Nunca había salido con un chico que me exigiera llevar a mi hijo- respondió.

Sin saber porqué, Jayden sintió amargura con ese comentario.

-Me gustan los niños y Ryan me cae bien- dijo sin más.

La madre de Zoey llegó con ocho muffins de diferentes sabores.

-Son muchos, señora- dijo divertido.

-No son suficientes y dime Sara.

-Es verdad, Jayden, no son suficientes. Salvaste a mi hijo.

-Pues en ese caso me los llevo- ambas sonrieron a gusto.

Y a él le gustó mucho la sonrisa de Zoey.

-Fue un placer conocerlas, pero me tengo que ir.

-Gracias de nuevo, Jayden- dijo con sinceridad.

-No hay por que darlas. Quedamos en contacto- se despidió y le guiñó un ojo.

Él salió por la puerta con una extraña emoción, la volvería a ver.

Zoey quedó paralizada, le gustó ese guiño.

-Es muy guapo, hija.

-¡Oh, mamá!, no empieces.

-Hija, eres joven debes darte una oportunidad. Quizás este sea el indicado- dijo y se fue a la cocina.

Ella se quedó pensando y suspiró. No estaba para lista para entrar en una relación.

*****

Se miró en el espejo, ya estaba preparada.

Había llamado a Jayden para confirmar la hora y darle su dirección, este dijo que pasaría por ellos a las cuatro en punto. Se puso unos jeans y una camiseta de tirantes, un suéter y sus converse.

Ryan vestía casi igual que ella y estaba durmiendo.

Escuchó el claxon de un auto y tomó el bolso y al niño. Salió de la casa de su madre. Aún vivía ahí, aunque solo sería por un tiempo más.

Vio a Jayden con unos vaqueros, una camiseta básica negra y una chaqueta de cuero. Estaba caliente, no lo podía negar.

Caminó hacia ella y le besó la mejilla provocando que se estremeciera.

-Hola, Zoey- dijo tomando a Ryan en brazos.

-Hola, Jayden, ¿Cómo estás?

-Ansioso por nuestra salida- depositó al niño en una silla especial que había adquirido.

-¿Dónde vamos?, dijiste que cambiaste de planes.

-Primero vamos por un helado.

-¿Y luego?

-Es sorpresa.

-Pero dime- dijo impaciente y suplicante.

-Si te digo, ya no sería sorpresa.

Se montaron en el auto y emprendieron camino hacia una heladería cercana. Donde disfrutaron del postre frío.

Después se dirigieron hacia la sorpresa de Jayden.

Se sentía vivo otra vez, Zoey despertaba cosas en él que creía muertas solo teniendo un día de conocerla y ni hablar de su pequeño hijo era un amor de niño.

Ella estaba perdida en sus pensamientos y él la observa con admiración, no podía creer que tenia veintiséis años, parecía más joven. Tenia un rostro angelical.

Cuando llegaron al segundo destino tomó a Ryan en brazos y fueron a la boletería.

-¿En serio, Jayden?, ¿Un parque de atracciones?

-Sí y nos vamos a divertir- la miró pícaro.