Capítulo 19/II

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Uno de los chicos de seguridad tenía a Ryan en brazos, el niño estaba riendo de felicidad. La familia respiró de alivio y Zoey fue rápidamente a tomarlo en brazos.

-Ryan, mi vida, te has dedicado a darme sustos. Me vas a sacar canas verdes- le regañó al pequeño.

-Perdón, mami- rió inocentemente.

-Marlon, ¿qué carajo pasó?- preguntó Jayden.

-Lo siento, señor, pero como Walker le dijo: entraron tres hombres a la casa, su objetivo era robarles en lo que ustedes estaban entretenidos en la fiesta. Cuando se percataron de nuestra presencia, ellos dispararon.

-¿Encontraron al tercero?- preguntó esta vez, Marcos.

-Sí, señor, estaba escondido en el despacho del señor Johnson.

-Esto es algo inaudito, robar a plena luz del día- dijo Carla indignada -Mi amor, debes aprender a cuidar mejor tus bienes, no sea que alguien te los quiera quitar- miró a Zoey con desprecio.

-Carla, no te pases- le regañó Kaleb.

-Me importa una mierda el dinero de Jay, señora. No se confun...- se quedó a media oración porque Jayden la interrumpió.

-Mamá, por favor, no estoy para escuchar tus mierdas- la misma lo miró ofendida.

-¡Toma esa, vieja cacatúa!

-¡Danna!- la regañaron Justin y Sara.

-Hijo nos iremos, ya que el cumpleaños ha sido interrumpido- Kaleb tomó Carla por un brazo y se fueron.

-Marlon, presenta una denuncia, a estos hombres los quiero presos- dijo Jay serio.

-Sí, señor.

-Vamos dentro todo el mundo, hay comida esperando ser devorada- dirigió Danna a los que quedaban en el patio.

-Me asusté mucho, Jayden. Por un momento pensé que le había pasado algo- dijo Zoey angustiada, abrazando a Ryan contra su pecho.

-No pasa nada. Mientras yo esté con ustedes, no les va a pasar nada.

***

En otro lugar estaba Danielle furiosa.

Había contratado a tres hombres para que mataran a Jayden en plena fiesta y los muy idiotas se dedicaron a robar cosas inservibles y a ser capturados.

-Agh, que rabia- lanzó una lampara al piso -Mi abuelo siempre me decía: Si quieres que algo te salga bien, tienes que hacerlo tú misma.

-Tienes que calmarte, diosa- le susurró su fiel amante -Será para la próxima.

-Claro que será en la próxima, osito- sonrió para sí misma -Y esta vez, lo haré yo en persona.

-¿Y qué harás?

-Paciencia, Max- rió de manera macabra -La paciencia es una virtud.

-¿Cuánto tiempo?

-No lo sé. Lo que sí tengo claro es que necesitaré un uniforme. Y que esto sí será un fuerte golpe para mi querido ex esposo.

***

Dos semanas después...

-Mierda, Jay. ¡Ven rápido!- gritó Zoey.

El hombre escuchó el llamado y subió las escaleras muy rápido. Ella estaba en la habitación con Ryan, según sabía.

-¿Qué pasa?- dijo agitado y preocupado al llegar.

Vio al niño en la cama sentado y a Zoey sosteniendo su vientre y se alarmó.

-Papi, mami se hizo pipí- dijo el pequeño y él frunció el ceño.

-Jay, rompí fuente. Pero no me duele- anunció ella.

-¿Nos vamos? ¿O vas a esperar?- preguntó medio nervioso.

-Vamos, dejaremos a Ryan con..- se interrumpió a sí misma -Con nadie. Todos van a ir desde que sepan.

-Pues vámonos. ¿Puedes caminar?- la chica asintió.

Él tomó a Ryan en brazos y el bolso del bebé y emprendieron camino hasta la clínica. Cuando iban en el auto llamaron a los demás y al llegar al centro de salud, en la sala de espera estaban todos.

Desde el más mayor, hasta el más pequeño.

¡Vaya familia tengo!, dijo Zoey en sus pensamientos.

Amor y Dolor IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora