Capítulo 6

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Los días pasaron y se cumplió el primer mes de la ausencia de Justin, le habían llegado tres cartas más, cada sábado como su esposo le había prometido. Llevaba días que su cuerpo actuaba solo, dormía por el efecto de pastillas, comía por que su familia le obligaba, se bañaba por que su cuerpo lo necesitaba. Se dedicaba solo a mirar las fotos de ellos, cuando eran los mejores amigos, en su boda, se martirizaba a diario.

Hacía unos días en los que se sentía mal. Tenia vómitos mañaneros, mareos, su cuerpo rechazaba las comidas, estaba sensible a los olores.

Tenía una leve sospecha de lo que podía ser, pero se negaba a aceptarlo, no estaba en condiciones para ese nuevo cambio.

Se acababa de duchar, escuchaba voces en la cocina, así que dedujo que las chicas estaban allí desayunando. Ese día tenía un hambre sorprendente, bajó las escaleras a toda prisa y entró al lugar.

-Buenos días- les dijo a las mujeres que vivían con ellas.

-¡Sonny!, buenos días- gritó Danna con su peculiar energía y se abalanzó sobre ella.

-Que energía tienes tan temprano, mujer- la regañó Zoey, que tenía semblante adormecido y la cual recibió una burla por parte de su amiga.

-Deja de ser tan vaga, hija- la reprendió su madre -Buenos días, cariño- se dirigió hacia ella y le besó la cabeza.

-Hola, mamá. Estoy hambrienta, ¿Qué hay para desayunar?

La madre emocionada por la voluntad propia de su hija por comer, le sirvió un plato de tostadas con jamón cocido y algo de huevos revueltos. Allison al sentir el olor de aquel aperitivo, tuvo arcadas, trató de resistir el vómito pero no pudo. Corrió directo al baño de invitados en la primera planta y expulsó un líquido amargo por la boca, ya que tenía el estomago vacío.

Sintió como le recogían el pelo y le sobaban la espalda para aliviar sus nauseas.

-¿Te sientes mejor?- le preguntó su hermana, cuando cesaron las arcadas, quien era la que le ayudaba.

-Sí, ya estoy mejor, gracias.

Se lavó la boca con enjuague bucal y levantó la mirada. Su madre y Danna estaban en el umbral de la puerta, mirándola con reproche.

-Tienes que ir al médico, Allison Mills- la regañó Sara -Tienes días así, puede ser peligroso.

-Mamá, no tengo nada- salió del baño caminó a la cocina, aun tenía hambre y quería su desayuno.

-¿Cómo que nada?- dice Zoey -Acabas de vomitar y has estado así dos semanas. ¡Y aún tienes hambre!- le reclamó al verla comer.

-¿No estarás embarazada?- preguntó Danna y ella se tensó.

-No, no lo estoy. Dejen de decir bobadas y desayunen conmigo- desvió el tema.

Eso era algo que iba ignorar, no podía tener un bebé, no en su estado de depresión que llevaba.

Dios mío, que no este embarazada, te lo ruego por favor. Dijo para sí.

Amor y Dolor IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora