Amor y Dolor I

Capítulo 6/IV

–Me veo ridícula con esto– negó Katie por quinta vez –Esto no va conmigo– tomó la falda del vestido por los costados y la agitó.

–Todo sea por una buena causa– le respondió Danna.

–¿Cuál?, ¿ponerme en ridículo?

–Ser la princesa del príncipe Marcos– le guiñó un ojo –Serán los reyes del festival.

–Danna, ¿qué droga te has metido?– la miró con rareza, su amiga necesitaba un loquero.

–La droga del amor– canturreó mientras daba vueltas en la habitación

–Haré como que no escuché eso– Dan soltó una carcajada.

–Tía Kat– Amy entró a la habitación –¿Me ayudas?– le mostró la cremallera abierta del vaporoso vestido de Bella.

–¡Florence, ya nos vamos!– gritó Danna y Kat la fulminó con la mirada.

Su amiga iba con su disfraz de vampiresa que con tanto esfuerzo buscó y ella con un ridículo traje de princesa que debía admitir que le quedaba muy bien, pero no era lo que ella había escogido.

–Vamos– le dijo a su sobrina y salieron directo a la sala de estar.

Allí se encontraron con el esposo de Dan y frunció el ceño. Alex llevaba una ropa en harapos, una joroba y el rostro como si hubiera sufrido varios golpes, todo magullado. Al lado de él, el resto de sus hijos. Los gemelos estaban vestidos de Batman y Superman, en cambio la pequeña Ginger tenía un disfraz de calabaza muy adorable.

–Estás preciosa, Katie– la elogió Alex.

–Gracias, pero no podría decir lo mismo de ti. ¿De qué vas?– preguntó confundida.

–Del Jorobado de Notre Dame– respondió fastidiado.

–¿Seguro? Porque más bien pareces el golpeado de Notre Dame– dijo burlona.

–Eso mismo le dije a Danna y no me ha hecho caso– se cruzó de brazos.

–Estás precioso, cielo– le respondió su mujer.

–Lo siento, amiga, pero aún el disfraz estuviese bien hecho, no estaría precioso– comentó Kat graciosa –Más bien parece un anciano jorobado que ha sido víctima de vándalos.

–O un zombie jorobado– agregó Amy con una risita al igual que Florence. Danna no pudo evitar soltar una carcajada.

–Querido, ¿seguro que no has sido víctima de violencia doméstica? ¿Danna te ha pegado y quiere ocultar su abuso con este disfraz?– Kat puso lo que creía la voz de una reina y mujer sofisticada para burlarse de su amigo.

–Dejen de burlarse y vamos que llegaremos tarde– reprendió Alex ofendido y las cuatro chicas rieron.

–Creo que papá se enojó– dijo la pelirroja divertida.

Salieron del apartamento y bajaron a la calle para ir al auto de la pareja. Kat miró el vehículo preocupada, luego observó su vestido.

–No hay espacio para mí ahí, creo que me iré caminando.

–Yo te acompaño tía– se ofreció Amy.

–Y yo, Katie– se unió Florence.

–Gracias, niñas– les sonrió.

–Bien, pues adiós. Nos vemos allá– Danna cerró la puerta del copiloto y el auto se marchó.

» –¿Vieron eso? Nos han dejado tiradas.