Capítulo V

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—¿No piensas atender a los clientes? —La voz de Lena me sacó de mi estado de shock.

—Los voy a matar. —dije mirándolos con una sonrisa en el rostro para que nadie sospechara.

—A Heechul se le ocurrió venir a conocer tu cafetería. —Shindong habló muy alegre mientras miraba todo con asombro y con cuidado.

—¿Y qué tanto es lo que van a querer que no estas tomando su pedido? —Lena susurrando a mi lado hizo que me diera un brinco el corazón.

—Todavía no se deciden, pero me estaban pidiendo por un lugar en el que puedan estar solos por asuntos de negocios. —Pensaba en una excusa rápida y en algún lugar para que no los descubrieran—. Así que los voy a llevar a la terraza y hasta que se vayan va a quedar cerrada a los demás.

—¿Estás segura de lo que estas diciendo? La terraza es uno de los lugares preferidos de los clientes. —Estaba muy asombrada por mi respuesta.

—Luego lo discutimos. —La miré y apurada me dirigí donde estaban ellos de pie esperándome—. Por aquí, no hagan ningún alboroto y mantengan sus caras cubiertas, si los descubren yo los mato antes. —Volví a hablar en coreano mientras simulaba que les indicaba alegremente el camino.

Trataba de actuar calmada pero mientras nos dirigíamos a las escaleras, una de las fanáticas con las que había estado hablando aparecieron para dejar el lugar y me detuvieron.

—Disculpa. —Me detuvieron y con ello los chicos también lo hicieron y yo solo rezaba para que no voltearan sus rostros.

—¿Si? —pregunté con miedo, jamás en mi vida había tenido tanto miedo como hoy.

—Solo queríamos saber qué día te podíamos encontrar por si nos enterábamos de que SuJu venía al concierto... ¿Recuerdas que nos pediste que te avisáramos? —Me había olvidado por completo.

—Pueden venir cualquier día en los horarios en los que el café esté abierto. —Estoy segura de que el corazón se me estaba por salir—. La próxima bebida va por mi cuenta. Nos vemos. —Las saludé agitando mi mano y empujando a los chicos para que siguieran subiendo.

Mientras avanzamos un poco pude escuchar que una de las chicas diciendo que uno de los chicos tenía los ojos parecidos a Eunhyuk, solo apuré el paso hasta que por fin llegamos a la tan bendita terraza.

—¡Llegamos! —dije y me derrumbé en el suelo por un segundo para tranquilizarme.

—¿Estás bien? —Donghae se acercó hasta donde estaba y el tenerlo tan cerca mirándome fijo hizo que me quedara sin aliento.

—Si no te preocupes. —dije haciéndome la tranquila mientras me ponía de pie.

—¡Este lugar es hermoso! —Yesung miraba cada detalle del lugar—. Creo que implementaré algo así en mi café cuando lleguemos a Corea.

—¡Viste que no nos descubrieron! —Heechul jugaba con Siwon mientras tomaban asiento debajo de una de las plantas más linda que teníamos.

—Perdón por molestarte en tu lugar de trabajo. —Leeteuk se disculpaba por la actitud de los chicos.

—No pasa nada, iré por sus bebidas. Es una invitación de la casa. —Los miré mientras guiñé un ojo de forma juguetona para aliviar la situación—. No se preocupen que nadie va a subir, pero para ser precavidos no se quiten los barbijos. —Luego de eso salí del sitio cerrando la puerta.

Me aseguré de no estar al alcance de su vista, recargué mi espalda contra la pared, cerré los ojos y respiré profundamente para luego bajar.

—¿Estas bien? —Mila preguntó mientras se acercaba—. Te ves algo pálida como si hubieras visto un fantasma.

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