Capítulo XLVI

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La verdad es que el beso de Yesung me sacó de mi eje porque no esperaba que actuara de esa manera tan varonil.

Caminamos en silencio, y era mejor así porque no tenía ni idea de que decir.

Es cierto que Leeteuk y Donghae eran los que más me confundían, pero eso no significaba que las acciones de los demás al igual que sus besos no me afectaran, no era de piedra, aunque hay momentos en los que me gustaría serlo y este acaba de ser uno.

—¿Dónde te habías metido? —Siwon fue el primero en acercarse.

—El idiota del tipo del personal estaba coqueteando con ella afuera. —Yesung habló muy serio.

—¿En serio? —Eunhyuk caminó en la dirección por donde habíamos llegado con Yesung.

—Tranquilo, ya le aclaré las cosas, no creo que vuelva a molestarla si nos lo volvemos a encontrar. —Al parecer eso calmó bastante a los chicos.

—¿Qué les parece si vamos a comer algo? —Teuk juntó sus manos todo emocionado, al parecer estaba feliz por algo pero no sabía el porqué exactamente.

—No creo que por un tiempo puedan salir —dije generando que todos me observaran completamente confundidos—, la noticia de que están aquí ya se extendió y estoy segura de que las fans no se quedaran quietas y querrán averiguar y estar en cada paso que den. —Terminé de explicar a lo que todos se quedaron bastantes pensativos.

—¿Y qué harás? Estoy seguro que después de nuestras bromas en público también te molestaran. —Shindong sonaba bastante preocupado.

—No creo ser tan importante para que me molesten, así que ustedes no deben preocuparse. —Traté de animarlos ya que todos se veían muy serios—. Cuando lleguemos a casa les compraré una deliciosa comida. —En ese momento mi celular sonó—. Vayan a la camioneta y en cuanto termine de atender la llamada iré para allá. —Luego de eso volví mis pasos hacia donde había estado con Elian para hablar mejor.

—¿Aysel? —La voz de Ryeowook sonó alegre al otro lado de la línea.

—Wook, que alegría escucharte. —dije con total sinceridad, no había podido hablar con él en este tiempo—. ¿Cómo está todo por allá? ¿Tus padres cómo se encuentran? —pregunté tras tomar asiento en un escalón de una escalera que subía a lo que suponía era la terraza del teatro.

—Bien, todo bien, es solo que quería escuchar tu voz. —Wook era muy tierno—. ¿Cómo te fue en tu primera entrevista como traductora oficial? —preguntó pero yo no recordaba haberle contado nada ¿o si y ya tengo la cabeza jodida?

—¿Cómo lo supiste? La verdad no recuerdo si te lo había comentado. —Me sinceré con él.

—Los chicos me preguntaron si estaba de acuerdo con la idea, por lo que estoy seguro de que sabía antes que tu. —Su risa era melodiosa incluso a la distancia.

—De acuerdo, gracias por hacerme quedar como una vieja con alzheimer. —dije para molestarlo a lo que él solo volvió a reír.

Continué hablando por varios minutos más contándole las bromas que los chicos hicieron mientras entrábamos al teatro como también las preguntas venenosas de la presentadora.

—¡Allí está! —Pude escuchar la voz de una chica a lo lejos pero no le presté atención sino hasta que un huevo explotó en mi cabeza.

—¡¿Pero qué demonios?! —grité olvidando que estaba hablando por teléfono.

—¿Qué fue ese ruido Aysel? ¿Qué pasó? —Podía escuchar sus preguntas pero estaba concentrada viendo como un grupo de diez niñas se acercaban con huevos en sus manos para dirigirlos en mi dirección.

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