Capítulo LXXXVIII

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Me desperté desorientada y completamente asustada, no sabía lo que había sucedido.

—¡Estaba aquí! ¡Lo vi! —grité y comencé a llorar en cuanto vi la cara de Lena totalmente preocupada.

—Tranquila Aysel, debes estar tranquila. —Mi amiga trataba que pudiera componerme un poco pero yo no podía hacer nada.

—¡No entiendes! ¡Él estaba aquí! —Seguía gritando, no podía calmarme y mucho menos después de haber visto su sonrisa como si nada.

—¿Quién? ¿Quién está aquí? —Lena aguantaba las lágrimas al verme en un estado eufórico, sin embargo, ella nunca dejó de intentar calmarme.

—¡Elian! —grité finalmente su nombre y me eché a llorar desconsoladamente—. Viene por mi, no me dejará ser feliz. —Nunca antes había sentido tal grado de ansiedad y de temor.

—Es imposible Elian está encerrado tras las rejas. —Lena acariciaba mi cabello buscando relajarme—. Esa basura no puede salir, tienes que estar tranquila. —Podía sentir el temblor en sus manos y eso me decía lo mal que mi amiga la estaba pasando viéndome en ese estado.

—Estoy segura. Lo vi sonreirme a penas llegamos. —Buscaba explicar manteniendo la cordura pero el solo hecho de recordarlo me estremecía y me sumergía en un estado de completa angustia.

—No había nadie cuando llegamos, lo hubiera reconocido y le hubiera dado su merecido por lo que te hizo si lo hubiera visto personalmente. —El pensamiento razonal de ella hizo que me calmara un poco.

—¡Aysel! —La voz de Nemo entrando desesperado al cuarto me angustió, no porque no quisiera tenerlo cerca en estos momentos sino porque yo era la responsable de su estado y eso no me gustaba en lo absoluto.

—¿Cómo llegaste hasta aquí? —pregunté con los ojos llenos de lágrimas, pero no pude seguir conteniéndolas por mucho cuando vi que todos los chicos entraron a la habitación llenos de preocupación.

—Yo les avisé desde tu teléfono, claro está que tuve que usar el traductor. —Lena explicó más tranquila.

—¿Qué fue lo que pasó? —Hae preguntó mirándome angustiado mientras acariciaba con delicadeza mi rostro.

—Él estaba aquí. —Volví a llorar desconsoladamente aferrándome a la espalda de mi novio.

—¿Elian? ¿Cómo? —Hyuk preguntó preocupado por mi.

—¿No se supone que esa escoria esté preso? —Yesung apretaba con fuerza sus puños.

—Ahora mismo iré a corroborar. —Leeteuk salió del cuarto con su teléfono en mano.

—Tranquila, ese infeliz no volverá a ponerte una mano encima. —Donghae acariciaba mi cabello.

—¿Cómo lo viste? —Heechul intentaba que contara lo que había sucedido con cuidado.

—Al llegar estaba en la puerta sonriéndome. Lo vi, estoy segura de que era él. —Había vuelto a entrar en una crisis pero en ese instante entró una enfermera para darme un calmante y pedirle a los chicos que se retiraran, cosa que tuve que explicar yo.

Lena me dejó al cuidado de Nemo que se negó a moverse de mi lado mientras que ella iría a ver a Zoran.

El calmante iba haciendo su efecto en tanto Hae acariciaba mi cabello y yo me escondía en su pecho, único lugar en donde me sentía segura.

—¡Aysel! —Sentía una voz suave llamándome pero los párpados me pesaban—. Aysel despierta amor. —Por el tono de voz y por como me llamó me di cuenta de que era Donghae.

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