Capítulo XXXI

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El trato fue que estaríamos tomados de la mano hasta llegar a casa y eso fue lo que hice, pero luego de entrar y que todos nos vieran sabría lo que vendría: celos; por lo que sin decir ni una palabra, al menos por hoy, me dirigí hasta mi cuarto y caí desmayada del cansancio.

Gracias a todos los santos que se me dio por colocar la alarma del celular una hora antes de que Lena pasara por mi, así por lo menos tendría tiempo de arreglarme, tampoco es que fuera a ir toda desastrosa, pero con el sueño que tenía encima, de suerte si me dio tiempo de arreglarme el maquillaje que se me había corrido.

Busqué una camisa mangas largas de jean azul claro y me la puse, en las noches solía refrescar y lo último que quería era enfermarme y seguir encerrada en casa sin hacer nada.

Salí de mi cuarto y me encontré a Heechul y Eunhyuk jugando con la consola que les había regalado, no quise molestarlos por lo que en silencio me dirigí hasta el refrigerador para buscar algo para beber.

—¿Vas a salir? —La voz de Siwon saliendo de la nada me asustó he hizo que tirara el vaso al suelo.

—¡Hijo de la gran p...! —Respiré profundo tratando de calmarme.

—¿Estas bien? —Leeteuk y Siwon preguntaron, mientras que todos se acercaron tras sentir el ruido del vidrio sobre el suelo.

—Si estoy bien, es solo que alguien se le dio por asustarme. —dije mirando a Masi con reproche.

—No fue mi intención asustarte, es solo que como vi que no te habías cambiado me pregunté si saldrías. —Me observó con esa cara de inocente que pone cada vez que quiere salirse con la suya.

—¿Es cierto que vas a salir? —Heechul se acercó más hasta donde me encontraba con una mirada muy penetrante, este hombre debía tratar sus celos con urgencia.

—Si, pero primero hay que limpiar este desastre. —Caminé hasta donde guardaba los artículos de limpieza y cuando estaba por tomar los elementos el claxon del auto de mi amiga me hizo saber que ya estaba aquí—. Lo siento, pero ¿podrían limpiar por mi? Ya me vinieron a buscar. —Fui hasta la salida luego de haber tomado mi celular y las llaves de casa para luego meterlas en mi bolso—. Voy a llegar tarde así que no me esperen despiertos —hablé desde la puerta de entrada—, no debería decirles nada pero si no lo hago no me dejaran de llover mensajes durante toda la noche. Voy a estar en la casa de Mila, es noche de chicas. —Y tras decir eso los siete suspiraron.

Lena me estaba esperando impaciente, no le gustaba que la hicieran esperar, mi amiga tenía un pequeño problema de ansiedad que todavía no podíamos resolver.

—¿Por qué te tardaste tanto? —Solo habían pasado cinco minutos pero asumo que para ella fue como media hora.

—Disculpa, es que rompí un vaso y estaba por limpiarlo cuando llegaste. —expliqué tras abrochar mi cinturón.

—¿Era necesario que los siete salieran a despedirte? —Al escuchar su pregunta miré por la ventana y me encontré a los siete fuera de casa con los brazos cruzados.

—Supongo que querían corroborar que fuera cierto que eras tu la que me venía a buscar. —dije levantando levemente mis hombros para luego agitar mi mano en forma de despedida hacia ellos, los más divertidos eran Shindong y Leeteuk.

—En verdad creo que terminarás por acostarte con alguno de ellos, y por el bien de todos espero que sea el del cuerpazo. —dijo luego de ponerse en marcha.

—No diré nada más hasta estar en presencia de alguien con un poco de cerebro: o sea de Mila. —afirmé para luego dejar de hablar del tema, sino más tarde tendría que repetir todo dos veces, cosas como estas siempre pasaban entre nosotras.

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