Especial 2/2
Sabía que Ryeowook se estaba divirtiendo con la llamada de hacía unos momentos, y estaba más segura que a penas nos fuimos comenzaron a llamarle para reclamar una explicación. Le dije que dijera que simplemente yo le gustaba, así se divertiría más tras la reacción de los chicos desesperados por querer matarlo.
—¿Qué es tan divertido que te vas riendo sola? —Shindong me sacó de mis pensamientos.
—Lo siento, me quedé pensando en la llamada de hace rato. —dije sonriendo todavía.
—¿Te refieres a la llamada de Ryeowook? —Asentí levemente con la cabeza—. Los chicos deben estar llamándolo todos juntos, lo van a volver loco. —Una suave sonrisa se dibujó en su rostro aún sin quitar la vista del camino.
—¿Tu crees? —pregunté lo obvio.
—¿No fue una llamada fingida? —Creo que era razonable sospechar eso.
—La verdad es que no, ayer me molestó tanto que bromearan con él por no poder venir que cuando me encerré en el cuarto hablamos de muchas cosas y le pasé mi número de celular para que me llamara cuando se sintiera solo. —expliqué tranquila, no tenía porque estar nerviosa si no había hecho nada malo—. Tiene que haber sido muy difícil salir del ejército y que al poco tiempo tu equipo haya viajado al exterior sin ti. —En verdad sentía pena por él y algo de rabia con ellos por dejar atrás a su compañero.
—Es cierto que no dejamos que viniera con nosotros, pero hay una razón detrás de ello. —habló mientras me dedicó una rápida mirada para luego volver a enfocarse en el camino.
—¿Y cuál es? Por que la verdad es que no le veo lógica.
—Piensa que para nosotros cuando nos enlistamos en el ejército tenemos que pasar casi dos años separados de nuestros familiares, no solo del trabajo. —Hasta ahora tenía un punto, y uno muy bueno debo decir—. Para nosotros, que somos artistas, lo primero que queremos hacer es volver al trabajo porque sentimos que nuestras fans nos olvidarán si no nos subimos al escenario. —Shindong explicaba con una tranquilidad única.
—¡Pero eso no es cierto! —Me apresuré a decir mientras él sonreía ampliamente—. Aún cuando están sirviendo en el ejército ninguna de las fans se olvida de ustedes, por el contrario siempre esperamos que hagan bien las cosas sin que les pase nada para que puedan volver completamente sanos. —dije totalmente orgullosa, al menos fue así para mi.
—Gracias. —Inesperadamente acarició suavemente mi cabello haciendo que me sonrojara levemente—. Aún así nosotros no lo sentimos de esa forma y tenemos miedo de caer en el olvido, sin contar que cada día debutan nuevos grupos con encantos únicos que nos llevan la ventaja por ser más jóvenes. —Me ponía realmente triste escuchar que ellos se sintieran así.
—ELF los ama sin importar el tiempo que pase, somos un fandom muy devoto y persistente. —Estaba orgullosa de considerarme ELF a pesar de que los había conocido solo unos años atrás y no desde sus inicios.
—Ahora podemos apreciarlo, pero realmente olvidamos a quiénes nos han apoyado desde un principio y se volvieron nuestros fans número uno: nuestra familia. Por eso le dijimos a Ryeowook que pasara tiempo con ellos, nosotros no nos iríamos a ningún lado, todavía hay tiempo para trabajar y viajar juntos. —La verdad es que escuchando la otra versión de la historia tenía bastante sentido a pesar de que Wook no lo entendiera en ese momento.
—Igual debe sentirse solo —Terminé por decir—, al menos yo me sentiría de esa forma por más que entendiera sus razones, por eso no me gusta que Heechul lo moleste, se abusan porque es el más joven. —Seguía defendiéndolo, creo que el que estuviera lejos me hizo querer protegerlo un poco.
—Esa es solo la personalidad de hyung que le gusta molestar, es su forma de demostrar cariño. —Era adorable ver cómo lo defendía.
—Pues yo no estoy de acuerdo, no me gusta esa forma de dar cariño. —dije cruzando mis brazos sobre mi pecho en posición de protesta, como si el hecho de que lo hiciera fuera a cambiar cómo era Heechul.
—Cada día que te conozco me sorprende descubrir nuevos lados de ti. —dijo sonriendo enfocando toda su atención en mi—. Ahora, pequeña... —Sonrió de lado—, hemos llegado. —La verdad es que estuve tan sumergida en nuestra charla que no me había percatado de que habíamos llegado.
—¿Cómo supiste llegar hasta aquí? ¿Te indiqué el camino? ¿Te di la dirección? —No recordaba haber hecho nada de eso.
—Simple... Recuerdo el nombre de tu café y lo busqué utilizando el sistema GPS. —Shindong era un hombre muy atento, tanto que me sorprendía todo el tiempo.
—Me voy. —dije abriendo la puerta del auto para evitar que saliera y lo descubrieran, creo que me había vuelto demasiado paranoica—. Si vienes por mi a la hora del almuerzo te tendré un regalo. —Y antes de que pudiera decir algo ya me había bajado del auto.
Caminé unos pasos hasta la entrada del Café y vi que me miraba con una sonrisa adornando su rostro, no me pude resistir y caminé hasta su lado golpeando suavemente el vidrio de su puerta para que lo bajara.
—¿Te olvidaste de algo? —dijo curioso y sorprendido al verme volver a su lado.
—Si... Solo quería decirte que también me sorprendes todos los días oppa. —Y a pesar de que era muy arriesgado porque no estaban acostumbrado a ello, me acerqué más y le di un suave beso en la mejilla en agradecimiento por compartir sus pensamientos conmigo. Ahora si caminé hasta mi lugar de trabajo.
Me alegraba conocer otra faceta de Shindong, una que no fuera solo relacionada con la comida, así que hoy me hallaba particularmente feliz y me había decido a preparar algo para hacerle saber lo feliz que estaba.
—¿Quién te ha traído el día de hoy? —Mila me recibió justo cuando yo entraba y ella pasaba con una bandeja y un pedido—. No creo que haya sido el mismo de la moto.
—Y no lo fue, pero no le digamos nada a Lena. —dije guiñándole un ojo.
—¿No decirme qué? —Será que ella tiene un radar incrustado para a aparecer cuando estamos hablando de ella.
—Que te ves muy demacrada el día de hoy. —dije haciendo que ella se molestara ante mi comentario.
—Por lo que veo te has recuperado bastante bien. —Me tomó del brazo y me arrastró hasta detrás de la barra—. Ve a cambiarte que hoy atenderás en el mostrador y yo las mesas. —Eso no era justo, sabía que odiaba estar sentada.
—¡Me niego! —Empecé a lloriquear, de verdad no quería hacerlo, pero una vez que se le ponía algo en la cabeza era imposible hacer que cambiara.
—Deja de llorar que no pareces la dueña del lugar. —Ella en verdad se estaba divirtiendo con todo esto.
—¿Hasta ahora te acuerdas que soy la dueña? —pregunté ubicándome en la silla que se hallaba detrás del mostrador, al lado de la caja registradora, esa silla con patas altas y negras, en donde estuvo por más de dos años aplastado el culo de mi amiga.
—No te creas que lo hago porque me apetece subir y bajar escaleras con una bandeja repleta de cosas en ella. —Mientras hablaba tomaba una de las bandejas de la cocina con el pedido listo para alguno de los clientes.
—Entonces ¿por qué lo haces y me obligas a mi a seguirte la corriente? —Esperaba poder persuadirla para que cambiara de opinión.
—Es porque te desmayaste, se que no tienes que haber descansado nada ayer. No se quién podría descansar con siete chinos en casa. —Me miró y entendí que no iba a dar el brazo a torcer.
—¡Qué no son chinos! —grité olvidando que estábamos en el trabajo y no solas en casa.
—¡Esta bien! Ya deja de gritar que espantas a los clientes. —Se por su expresión que quería matarme—. La lista de precios está justo a tu lado, si no entiendes algo me avisas. —Luego de decir eso se marchó con el pedido.
Las horas serían bastante largas hasta que llegue el almuerzo, menos mal que así podría pensar en algo para la sorpresa de Shindong.
ESTÁS LEYENDO
NUEVAS REGLAS [+18]
Fanfiction¿Pensaste alguna vez vivir con tus ídolos? Jamás imaginé que después de ese sueño que tuve durante la noche las cosas cambiarían tanto.