Capítulo XLII

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Después de dejar todo brillante me encaminé sin pensarlo dos veces hasta la ducha, este cuerpo necesitaba agua y jabón urgente.

Mi momento de relax bajo el agua duró poco porque todavía tenía muchas cosas que hacer para luego ir hasta donde estaban las chicas. Mentalmente me abofeteé, todavía no les había contado sobre mañana, ahora tendría que ir un rato antes de que se marcharan para hablar con ellas.

Me cambié con lo más andrajoso que encontré dentro de mi armario, tomé mi laptop y mis lentes y me dirigí hasta el sofá en la sala de estar. Mientras acomodaba todo busqué la libreta en la que habíamos anotado algunas ideas con Yesung y me serví un vaso de jugo de naranja natural, más tarde me prepararía un licuado de ananá con naranja, pero tendría que ir al mercado porque un solo ananá no alcanzará para todos.

Una vez lista me acomodé y encendí la laptop, lo primero que quería encontrar era un arquitecto imaginativo, no me interesaba si era de renombre, quería encontrar a alguien que fuera capaz de seguirme las ideas locas que cruzaban por mi cabeza, por lo que tras ver algunos trabajos anoté varios nombres y números de teléfonos.

Lo segundo era ver cómo distribuiría el lugar. Mantendría la base del primer Café y solo agregaría un piso más antes de la terraza para aquellos que quieran almorzar, de esa manera brindaría un servicio nuevo; y en cuanto al sótano lo haría más grande para dividirlo por secciones de k-pop: una sección de hip-pop, una de balada, una de r&b, y la sala común como la original.

También anoté los colores que quería, me iba a ir por los colores vibrantes como el verde manzana, el azul marino, un rojo brillante, y colores más sobrios para los espacios ejecutivos.

Ya me había cansado de estar tanto tiempo sentada, y como ya había puesto la alarma para cambiarme e ir con las chicas, me recosté un rato.

La alarma sonó y me di cuenta de que literalmente estaba durmiendo en el suelo, no se en qué momento caí al suelo, menos mal que no me había golpeado con nada. Fue en ese momento que pensé cómo había podido dormir tan tranquila sobre las piernas de Yesung, de seguro lo había golpeado y él no había dicho nada. ¡Qué vergüenza!

Miré la hora y por ponerme a pensar idioteces se me hizo tarde por lo que corrí a cambiarme.

Me vestí con un short negro de una especie de lycra y una blusa que dejaba mi abdomen al descubierto gris con un estampado con pequeñas flores rosadas, tenía pequeños vuelos en los hombros y la parte de la espalda estaba al descubierto siendo unida cada lado solo por tres tiras muy finas, siendo al final unida por los dos extremos dejando un poco el largo el moño. Finalmente y después de mucho tiempo pude ponerme una de mis botas negras de taco alto.

Me trencé el cabello hasta la mitad y dejé el resto suelto para que la parte verde de éste resaltara, ya era hora de ir a la peluquería por un retoque

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Me trencé el cabello hasta la mitad y dejé el resto suelto para que la parte verde de éste resaltara, ya era hora de ir a la peluquería por un retoque.

—¡Buenas chicas! —saludé una vez que llegué hasta ellas.

—¿Qué haces aquí? Todavía falta media hora para cerrar. —Lena dijo mirando mi atuendo—. Tienes que prestarme eso algún día. —Terminó por decir tras señalarme de arriba a bajo.

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