Capítulo XLI

74 11 57
                                    

Luego de que terminamos de comer me mostraron todo el lugar, Hyuk y Shindong todo lo que estaban preparando como directores a cargo de su propio espectáculo, me mostraron los vestuarios y hasta ensayaron en frente de mi las coreografías, parecía que les habían puesto baterías nuevas mientras que yo, muy por el contrario, ya me estaba durmiendo del cansancio que tenía.

—Bueno chicos —dije acercándome hasta ellos que ya estaban sacando algo nuevo para mostrarme—, yo voy a pedir un taxi, no doy más del sueño. —En verdad me había agotado, ellos estaban acostumbrados a este ritmo por lo que tenían más resistencia pero yo con suerte me mantenía en pie.

—¡Oh! ¿Ya te vas? —Siwon se acercó más a mi para preguntar.

—Si, estoy cansada y tengo que continuar con el proyecto del nuevo local y a la noche tengo que ir a ordenar todo, sin contar que tengo que buscar qué me voy a poner mañana para las entrevistas. —Empecé a enumerar con mis dedos.

—Te llevaré. —Shindong se ofreció a hacerlo y estaba feliz con eso, él me generaba paz.

—No me opondré. —dije con una sonrisa en mi rostro.

—Hay algo que no logro comprender. —Heechul habló captando el interés de los demás.

—¿Qué será? —pregunté algo preocupada ya que con Hee nunca se sabía con qué podía salir.

—Si todos somos mayores que tú, ¿por qué solo lo llamas oppa a él? —¿Y recién se venía a dar cuenta de eso? Mentalmente me di una palmada en la frente mientras negaba con mi cabeza. Los demás mostraron muecas de asombro lo que me llevó a deducir que ellos también se estaban dando cuenta.

—Eso es... —Los miré con una expresión divertida y sin advertirle a Shindong me colgué de su cuello abrazándolo muy de cerca—, porque oppa no me molesta como ustedes, ¿si saben a lo que me refiero, verdad? —Les dediqué una mirada algo intensa para que cada uno comprendiera, al que le quepa el poncho que se lo ponga.

—Sabía que era tu preferido. —dijo abrándome por la cintura muy divertido al ver la expresión de celos en los seis.

—¿No vamos oppa? —Miré a Shindong, ambos nos estábamos divirtiendo con todo esto—. Nos vemos más tarde en casa. —Me despedí agitando mi mano mientras comenzamos a caminar hacia la salida.

—¿Te estas divirtiendo? —preguntó luego de abrir la puerta del copiloto para que subiera.

—¿Tanto se nota? —pregunté como si no lo supiera.

—Si y la verdad prefiero verte divertida a cómo estuviste el otro día. —Ya había puesto en marcha el coche.

—De verdad lo siento, nunca quise que se preocuparan por mi ni hacerlos sentir incómodos, es solo que el corazón dolía. —respondí con la mirada en el suelo, no podía hacerle frente porque era consciente de que mis acciones no fueron las adecuadas.

—¿Y por qué te dolía el corazón? —Shindong había sido el primero en animarse a preguntar de forma tan directa.

—¿Te acuerdas de las reglas que les dije ese día en el lago? —Shindong me generaba confianza por lo que intentaría abrirme con él.

—Si. —Afirmó moviendo levemente su cabeza.

—Bien, nunca les dije la regla número diez, porque esa regla era solo exclusiva para mi. —Ahora me dedicaba a jugar con mi dedos debido a los nervios.

—¿Y cuál es, si se puede saber? —Se que estaba curioso, todos lo estaban pero por alguna extraña razón confiaba en él, y quizás se debía a que era el único que había estado en una relación seria, al menos públicamente.

NUEVAS REGLAS [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora