NUEVAS REGLAS [+18]

Capítulo IX

El día era hermoso, los rayos del sol sobre el verde del bosque generaba una paz al igual que renovaban mi energía cuando uno de esos rayos acariciaba mi rostro. El día de hoy anunciaba que iba a ser bastante calor, pero eso no me detuvo para seguir corriendo.

Me detuve por un momento para tomar un poco de agua pero había olvidado que había dejado la botella sobre la mesa de la cocina por salir apurada y tratando de no despertar a nadie, por lo que me senté sobre el suelo frustrada por mi estupidez.

—Aquí tienes. —Una voz varonil resonó muy cerca de mi, tanto que me obligó a levantar la vista.

—Gracias. —Le respondí a Siwon que me ofrecía una botella con agua—. Pensé que todos estaban durmiendo todavía. —expliqué mi suposición algo avergonzada porque me encontrara en esa situación.

—Y lo están. —Sonrió sentándose a mi lado—. Es solo que a mi me gusta salir a correr o caminar en las mañanas temprano, es mi forma de liberar mi estrés. —Me miró de una forma que no pude descifrar, a lo mejor era porque era un buen actor que no podía entender el significado detrás de su sonrisa.

—Yo solo lo hago cuando tengo mucho en mi cabeza. —esquivé su mirada debido a que me sentía demasiado observada, estábamos demasiado cerca.

—¿Será que te estamos causando demasiados problemas? —Su pregunta sonó muy sincera.

—¡No! —Me apresuré a decirle, de verdad no quería que creyeran eso, el volvió a sonreír y no entendía porque.

—No creo que me pueda contener si sigues tan cerca de mi de esa forma. —Cuando soltó sus palabras caí en la cuenta de que me había acercado demasiado, de seguro por eso se estaba riendo.

—No son una molestia ni mucho menos un problema. —Lentamente fui volteando hacia el frente con el rostro ardiendo de la vergüenza—. En verdad me han alegrado mucho desde que están viviendo conmigo, es cierto que por momentos me vuelvo algo paranoica en el trabajo porque no quiero que los descubran, quizás estoy siendo algo egoísta en no querer que se vayan de casa. —No podía creer que estuviera confesándole eso.

—Eres muy tierna, no pensé que fueras así cuando te conocimos. —Listo, si antes me morí de la vergüenza ahora ya podía morir tranquila—. Estoy seguro de que todos pensaran lo mismo que yo.

—¿Qué cosa? —La curiosidad me estaba carcomiendo.

—Que tu puedes ser todo lo egoísta que quieras con nosotros. —Y ahí estaba otra vez esa sonrisa demasiado brillante para mi—. ¡Vamos! —Extendió su mano en mi dirección—. Estamos bastante lejos de casa, tengamos una carrera hasta allí. —Sonó tan lindo la palabra "casa".

—El que pierda tiene que hacer lo que el ganador le pida sin queja alguna. —Lo siento por él, pero mi modo competitivo estaba encendido.

—¡Trato! —dijo estrechando mi mano, y empezamos a correr.

Nunca imaginé que corriera tan rápido, por mi cabeza cruzaba la pregunta sobre qué era lo que lo estaba motivando tanto a ganar, en cambio yo, todavía no tenía ni idea de lo que iba a pedirle cuando ganara.

Corrimos alrededor de diez minutos cuando a la distancia ya podíamos vislumbrar el techo de mi casa. Hasta ese momento habíamos mantenido el paso uno al lado del otro.

—El que atraviese primero la puerta de entrada gana. —dijo sin disminuir la velocidad.

—Es un hecho. —Sonreí y mirando al frente aceleré.

La puerta de mi casa estaba a unos metros de mi mano, pero no se cómo sucedió: Siwon tomó el picaporte y entró primero, luego lo seguí yo, derrumbándome sobre suelo.