Capítulo XXXVII

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Me vestí luego de tomar una ducha con un top gris sin mangas, un short de jean claro, mis zapatillas blancas y como accesorios solo un collar y una pulsera. El maquillaje se repetía como siempre, solo que esta vez coloqué un poco de corrector de ojeras porque daban asco sin contar que tenía los ojos hinchados por haber llorado por lo que para disimular usé mis lentes grandes redondos de marco camuflado. Busqué una camisa blanca y me la até a la cintura.

Mientras me estaba arreglando Yesung vino para decirme que ya estaba el desayuno, pero tenía vergüenza de verlo por lo que simplemente respondí escondida detrás de la puerta

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Mientras me estaba arreglando Yesung vino para decirme que ya estaba el desayuno, pero tenía vergüenza de verlo por lo que simplemente respondí escondida detrás de la puerta.

—Buenos días. —dije tratando de no mirar ni a Yesung ni Eunhyuk luego de recordar lo ocurrido hace unos minutos.

—Buenos días pequeña. —Shindong me saludó con el apodo que me había dado mientras me servía el desayuno.

—Hola Aysel ¿Te encuentras mejor? —Siwon preguntó sentándose frente a mi.

—Si ya me siento mejor y nuevamente disculpas por haberlos asustado ayer. —Me disculpé inclinando mi cabeza, no porque quisiera adaptarme a sus costumbres sino porque moría de la vergüenza.

—¿Y cómo piensas compensarnos? —La pregunta de Leeteuk me sorprendió y no por la pregunta en si sino porque fuera él quien la hacía, generalmente la esperaría de Heechul y Siwon, hasta de Shindong que son los más infantiles.

—En este momento no se me ocurre nada, pero lo pensaré. —contesté al ver en sus ojos que hablaba muy enserio.

—¡Hyung! ¿Cómo vas a decirle algo así? —Hae le recriminaba a su líder.

—Es la verdad, tiene que responsabilizarse por sus actos, y ya que no nos quiere decir el por qué de su repentina huida esto es lo más justo. —No pensé nunca que fuera tan duro y ante sus palabras nadie habló, a pesar de que se llevaban bien debido a la cantidad de años que estaban juntos y eran como una familia, todavía se dejaba ver su autoridad de líder—. Si no se te ocurre nada tengo el castigo justo. —Y una leve sonrisa se dibujó en su rostro.

—No se me ocurre nada, así que estoy dispuesta a lo que estés pensando. —admití sin más.

—Perfecto, pasaré por ti a la hora del almuerzo. —Ahora Teuk dejaba ver esa sonrisa tan brillante que tenía.

—¿A dónde iremos? —preguntó Heechul apareciendo del cuarto y sentándose a mi lado.

—Ella irá con nosotros a revisar los detalles técnicos para el concierto. —Al escuchar eso todos se emocionaron y yo me quedé en blanco.

—¿No fue ayer eso? —Estaba segura de que eso tuvo que haber sucedido ayer.

—¿Y tú piensas que alguno pudo concentrarse en algo cuando no contestabas el teléfono? —Heechul me hizo caer en lo preocupado que todos estaban que dejaron de hacer cosas importantes para ellos.

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