Capítulo LVII

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Ni la ducha lograba sacar de mi mente las imágenes de lo que había sucedido ni la sensación de las caricias de Hae sobre mi piel desnuda. ¡Dios! Ese hombre estaba enloqueciendo cada uno de mis sentidos.

Salí rápidamente luego de vestirme dentro del baño ya que cualquiera podía pasar a mi cuarto.

—¡Ya estoy! —grité llegando hasta la cocina, de alguna manera tenía que simular todo lo que había pasado.

—Alguien está emocionada al parecer. —Siwon se burló de mi.

—Si solo soy yo ya saben donde esta la puerta de salida... —bromeé a lo que rápidamente empezaron a hacer ruidos de festejo—. Así me gusta. —Sonreí tomando asiento al lado de Shindong.

—Extrañaba estar así los ocho. —Leeteuk se estaba poniendo emocional.

—¡Oppa! —dije con voz de niña pequeña—. ¡Tengo hambre! —Quería cambiar el rumbo de la conversación. Todos comenzaron a reír excepto Teuk que buscaba desesperado aire para calmar su rostro rojo.

—¿Qué piensas hacer con Lena? —Yesung siempre era el encargado de hacer ese tipo de preguntas arruina ambientes.

—¿Qué quieres que haga? Ella fue la que me traicionó primero. —dije sin darle mucha importancia mientras metía un pedazo de carne a mi boca.

—¿Tan dolida vas a estar? Es cierto que no fue lo más correcto pero tampoco fue lo peor del mundo para que su amistad acabe así como así. —Leeteuk trataba de hacerme entrar en razón—. Uno nunca sabe cómo  puede reaccionar ante ese tipo de situaciones. —Los demás solo asentían con las bocas llenas de comida.

—Creo que su amistad merece más que eso. —Yesung me penetraba con su mirada seria, esa que en algún punto daba miedo—. Y eso que ella no es santo de mi devoción y menos si te quiso entregar a los brazos de ese idiota. —Ahora su gesto se había suavizado y volvió a ser un niño pequeño muerto de celos.

Verlo de esa manera me enterneció por lo que me puse de pie y me dirigí hasta donde estaba sentado, me paré detrás suyo y lo rodeé con mis brazos para luego darle un suave beso en su mejilla.

Todos comenzaron a quejarse así que uno por uno fui regalándoles un beso, ni que estuviera criando septillizos.

—Que no se les haga costumbre. —amenacé divertida volviendo a mi lugar—. Y con respecto a Lena en algún momento hablaré con ella aunque no prometo nada. —Miré en dirección de Yesung.

—Creo que me conformaré con eso. Ya es un inicio. —aseguró Yesung tratando de sonar indiferente al beso que le había dado hace un momento.

—Hay otro tema del que queremos hablar y es una condición para que hagamos el concierto. —Eunhyuk habló muy serio, algo que no iba para nada con él.

—Ya firmaron el contrato. —aseguré muy confiada porque yo misma los había visto hacerlo.

—Claro, el tema está en que para nosotros el contrato tiene validez si se acompaña de los sellos personales de cada uno, y te aseguro que no todos los pusimos. —Ahora una sonrisa pícara se dejaba ver en su cara.

—Están a punto de arruinar mi cena de bienvenida, así que hablen rápido... —Les dediqué una mirada llena de traición, porque eso era lo que sentía justo en este momento, y algo me decía que sabía por dónde vendría la extorsión—. Todavía estoy a tiempo de devolverlos al hotel. —Di un sorbo a mi jugo de naranja.

—¿Acaso somos juguetes que quieres devolver? —Heechul preguntó en su tan particular tono dramático.

—Claro, como puedo oler el aroma de la traición en ustedes. —Me defendí a lo que ellos solo rieron.

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