Isaza Prov
Querida Natalia:
Esta es la carta 90 que te escribo, desde que nos despedimos han pasado casi tres meses y aún siento tu olor a mi lado, aún siento tus brazos aferrándose con fuerza a mi pecho, aún creo sentir el sabor de tus labios sobre los míos, no me hago a la idea de que con unas simples palabras te perdí, por une decisión errónea perdí a mi gran amor, todas esas tontas canciones de amor hablan de ti, todas esas dolorosas canciones de despedida y de pérdida son para ti, me cegué por un sueño que probablemente jamás me dará la felicidad que me diste tú en unos cortos seis meses, seis meses en los que te amé con tanta intensidad, que al momento que me vi sin ti me sentí vacío.
Me prometí escribirte cartas hasta que mi corazón quedara tranquilo, pero ahora me doy cuenta que firmé una sentencia perpetua, creo que jamás podré dejar de escribirte porque jamás podré dejar de amarte, el corazón se me hizo pequeño para mi pecho desde que te perdí, ahora comprendo, que eras tú quien guardaba la mitad de este, por eso nunca sentía la opresión que siento ahora, por eso jamás me sentí tan sobre pasado por los latidos, por eso jamás me sentí abrumado por lo que sentía.
Poco a poco me doy cuenta que éramos dos caminos que estaban destinados a juntarse, pero, por una estúpida decisión y por un maldito rumor todo se fue al carajo, fui un idiota al no elegirte, fui estúpido y egoísta al hacerte daño buscando mi propio bien, y ya lo sé, no puedo hacer nada para reparar tu corazón, no puedo hacer nada para calmar todo las aguas que agité, lo único que puedo hacer, es esconderme tras letras y cartas como un cobarde, todo por miedo, por miedo a ver tus lindos ojos llorar, por miedo a ver que ya no me miras con amor, que ya tu mirada solo alberga odio, me escondo por miedo a verte y no poder controlarme, porque sé, que apenas vea tus ojos, mis labios se verán hambrientos de tomar los tuyos, mis manos quemarán por tocar tu piel, mi corazón luchará por salir de mi pecho para abrazarse al tuyo.
Nunca me cansaré de escribir estas palabras, nunca me cansaré de decir que te amo con todo lo que mi corazón puede, porque te quise en silencio antes de que nuestra historia empezara y cuando por fin te tuve, mi corazón no opuso mayor resistencia para amarte, fui un completo idiota, pero como todo un idiota te sigo amando, y como buen idiota tengo un corazón egoísta que se niega a soltar tu recuerdo, que se niega a dejarte ir, y sinceramente, tampoco lo quiero. Debo confesar que sigo guardando celosamente tus fotos en mi mesita de noche, guardo cada una de las notas que me dejabas cuando te ibas y yo taimado me negaba a hablarte, porque no quería que estuvieras a más de un metro de mí, aunque no te lo decía, o hacía porque cuando no estabas me faltaba el aire, cuando no estabas me sentía vacío y perdía hasta la inspiración.
Sé que probablemente esta sea otra carta que mandes a un cajón abandona, quizás esta sea una carta que jamás llegues a leer, pero no por eso dejaré de hacerlo, porque esta es la única forma que tengo de estar cerca, es la única forma que tengo para recordar todo lo que viví contigo, solo quiero que recuerdes que te amé, que te amo y que te amaré siempre.
Tuyo de todo corazón
Juan Pablo Isaza.
Miro la carta, es lo que he hecho todos los días desde que terminamos, esta es una de las pocas que envío desde mi casa, las primeras fueron enviadas desde fuera del país, tuve que hacer un sinfín de malabares para que llegara el mismo día, la verdad es que nunca esperé respuesta, como escribí ahí, ni siquiera estaba seguro de que ella las leía, la puse en un lindo sobre de color verde pastel, el verde era su color favorito, era algo que jamás olvidaría.
A paso cansino fui a la oficina de correos, puse su dirección y pagué el precio extra del envío exprés, asegurándome que la recibiría en un par de horas, la chica de la oficina me sonrió de manera triste, es la misma que me ha atendido todos los días, solo aprieto los labios y salgo de ahí, empiezo a vagar por las calles de Bogotá, son casi las 3 de la tarde, no quiero volver a mi casa, después de todo estoy sólo, no quiero sentir el vacío más grande de como ya lo siento, sin darme cuenta llego a un parque, a nuestro parque, es inevitable que recuerde nuestro primer beso, el primero de muchos en nuestra historia.
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One Shots (Ventino)
أدب الهواةComo ya lo dije, este libro de One Shots será escrito en conjunto con ustedes, así que no duden de pedir sus ships favoritos o del que les gustaría que escribiéramos, este es un libro de Ventino y quien ustedes quieran, esperamos les gusten.