8.- Querido Juan Pablo Isaza. (NataliaxIsaza)

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(Segunda parte de Querida Natalia)

Natalia Prov:

Querido Juan Pablo.

Me parece extraño volver a escribir después de tanto, cada mes se me hace más largo y cada mes siento que encuentro más cosas por escribir, es algo extraño, pero desde esa última carta que recibí de ti, sentí que esta sería una nueva tradición para mí, que esto sería una instancia para poder decirte todo lo que siento, todo lo que quizás se me hace imposible decirte en palabras.

Creo que algo que jamás me cansaré de escribir, es el agradecimiento que te tengo por darme el mejor regalo del mundo, me diste a mi princesa, gracias a ti tengo a Emma, ese pequeño ser de felicidad que ilumina todos mis días, esa pequeña que es una perfecta mezcla de los dos, que me es inevitable recordarte cada vez que veo su pequeño rostro o su forma de dormir, son cosas que jamás me olvidaré porque cada cosa que pasa con ella, es un soplido de orgullo que infla mi pecho y estoy segura de que a ti también, que para ti, la pequeña es tu mayor orgullo, lo es hace un año, ocho meses.

También quiero agradecerte por lo nuestro, que lamentablemente nunca fue un cuento de hadas, sin embargo, fue hermoso en todos sentidos, sonrío como una boba cada vez que recuerdo tus besos, tus abrazos, tu apasionada y entregada manera de hacer el amor, se me encoge el corazón al recordar cada caricia, cada risa que provocaste, cada palabra que me dedicaste, porque sin duda, cada una de ellas se alojó en un lugar del que jamás podré remover, y la verdad es que no quiero, nunca querré borrar nada que tenga que ver contigo, porque sin duda eres el más grande amor que he tenido.

Eres una persona que me enseñó muchas cosas y que me sigue enseñando muchas más, aún no creer todo lo que ha pasado, los sueños que has y que he cumplido, lo buen padre que eres, el hecho de que nuestra hija te ame tanto y disfrute tanto contigo, verla reírse cuando la coges en brazos mostrando todos sus dientecitos, puede que lo nuestro nunca fuera un cuento de hadas, pero sin duda fue hermoso, es hermoso solo por tener a esa hermosa pequeña, no importa todo el sufrimiento que hubo de por medio, porque al final, fuiste tú quien me dio la mayor felicidad, tú me diste a Emma.

Con amor

Natalia Afanador.

-Mmmaaa... mmmmá – escucho débilmente cerca de mí, eso solo es signo de que mi pequeña despertó, cierro la carta y la pongo en un sobre azul pastel, la dejó ahí, sobre el escritorio de mi cuarto para después ir al de mi niña, apenas abro la puerta la veo aferrada a la barra de su cunita, se restriega el ojo con pereza.

-Mi amor, despertaste – le digo estirando mis manos, ella reacciona de inmediato estirando sus pequeños bracitos, la cojo en brazos, no dudo en poner una mano sobre su cabeza y darle un beso en la mejilla, ella de inmediato acomoda su cabeza bajo mi mentón, se supone que no debería estar despierta a estas horas, es raro que lo haga, así que la acuno ligeramente para que vuelva a conciliar el sueño, la veo detenidamente, se parece mucho a mí, sin embargo, los ojos y la forma de la nariz la sacó de Juan Pablo, además de tener gestos muy similares a los de él, puede que en físico sea muy parecida a mí, pero en cuanto a personalidad, es la viva imagen de su padre, de verdad lo extraño, a veces me hace mucha falta, porque no puedo negar que estoy completamente enamorada de él. Estoy tan inmersa en mis pensamientos que no me doy cuenta de que alguien entró a la habitación, no reparo en su presencia hasta que sus largos dedos acarician mi cintura hasta cerrarse sobre mi vientre.

- ¿Qué hace despierta a estas horas? – me pregunta él dejándome un beso en la cabeza, siento su pesada respiración caer sobre mi nuca.

-No lo sé, estaba durmiendo, se despertó de la nada, quizás sabía que llegarías – le digo un poco atontada por su perfume embriagador.

One Shots (Ventino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora