47. -Estás.

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"Las cosas más pequeñas hacen diferencia, cuando estoy contigo y cuando está tu ausencia"



Ella no comprendía por qué siendo tan chiquita le tocaba dejar su casa y sus amigos. Sabía lo importante que eran sus papás, ella sabía a la perfección que su padre salvaba a personas de dormir para siempre, y que su madre salvaba a las personas de ir a ese lugar feo al que le decían "cárcel", también sabía que sus padres iban a cambiar de país para ayudar a todas esas personas que no tenían a nadie que los ayudara. Pero, el hecho de que ella tuviera que irse no era para nada algo que comprendiera el hecho de que ella también tuviera que irse, porque en definitiva, no sabía curar personas, y mucho menos sabía como sacarlas de la cárcel.

—Devo davvero andare mamma? (¿De verdad tengo que ir mamá?) — Preguntó desanimada la pequeña. — Non so nemmeno parlare spagnolo. (Yo ni siquiera sé hablar español.)

Imparerai la mia vita. (Aprenderás mi vida.) — La mujer se arrodillo frente a su hija, esperando que esto le diera tranquilidad a la rubia. — Mira, no es tan difícil, tú también aprenderás a hablar español.

— Non posso fare quella mamma. (Yo no puedo hacer eso mamá.) — Se quejó ella con un puchero. — Non ti ho capito mamma. (No te entendí nada mami.)

Ti insegnerò prezioso, non ti preoccupare. (Yo te enseñarte preciosa, no te preocupes). — Consoló la mujer, acariciando con suavidad el cabello dorado de la pequeña. Adesso vai a fare le valigie, domani andiamo in Colombia. (Ahora ve hacer tu maleta princesa, mañana nos vamos a Colombia.)

El pequeño puchero apareció en sus pequeños labios. — Mi mancherà la mamma dell'Italia. (Voy a extrañar Italia mami.)

Anche a me Olgui, ma le cose andranno diversamente, avrai nuovi amici, una nuova scuola e avrai anche due case. (Yo también Olgui, pero las cosas serán diferentes, tendrás nuevos amiguitos, un nuevo colegio, y también tendrás dos casas.) — Una sonrisa se instaló en los labios de la chica. — Uno qui e un altro in Colombia. (Una acá y otra en Colombia.)

Ok mamma. (Está bien mami.)

La pequeña caminó directo hacia su habitación, mirando con cierta pena el desorden que tenía desperdigado por los suelos, además de que parecía imposible que todo eso cupiera en su maleta de princesa, parecía que más de la mitad de sus juguetes quedarían fuera. Toda su ropa podía quedarse tirada acá, pero sus juguetes no.

Finalmente, la madre se vio obligada a empacar completamente las pertenencias de su hija, quien estaba completamente inmersa en sus reclamos sobre lo mucho que detestaba que sus juguetes quedaran fuera. Reclamos que la madre calmó con empacar todos los juguetes de la niña en una maleta extra (La única manera de que cayeran)

A la semana siguiente, la pequeña Olga debía entrar a clases, así que eso apenas le dio unos cuantos días para aprender algunas frases en español, más no las suficientes como para permitir que ella se pudiera comunicar con éxito. Como era de esperar, niños de 9 años apenas eran conscientes de cómo hablar correctamente su idioma natal, así que digamos que la esperanza de que la pequeña se integrara era casi nula.

En otro lado de la ciudad, el panorama era muy diferente, pues la pequeña Natalia estaba muy emocionada de encontrarse nuevamente con sus amiguitos. Cami y Juliana solían pelear, pero a ella le encantaba separarlas y amenazarlas con que las golpearía hasta que aprendieran a llevarse bien; Makis y Martín eran otro cuento, ellos si se peleaban porque se gustaban, entonces Martín molestaba a Makis, y Makis lo acusaba con Pedro, quien gustaba de la pequeña, entonces ahí iba a defenderla; en ese alboroto siempre aparecían Juan Pablos al cuadrado y Simón, el hermano mayor de Martín, quienes formaban un gran griteríos hasta que algún profesor llegaba a reprenderlos.

One Shots (Ventino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora