29.- Encontrarte ahí. (Nalga)

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Era su cumpleaños número 21, había culminado su carrera de marketing y publicidad con honores, el mejor promedio de la carrera, sería loco pensar que sus padres no iban a estar orgullosos por semejante logro, con una propuesta de trabajo esperando por ella, Olga Lucía Vives no podía estar más feliz, por eso, al ver el regalo que su padre tenía para ella estacionado fuera de casa mientras adentro había una pequeña celebración se volvió a sentir una niña a la que le regalaban una muñeca en navidad, esta vez solo habían cambiado el objeto por un BMW M4 convertible de un precioso azul cobalto.

— ¡¿Qué esperas locas?! — le preguntó Makis, su mejor amiga al verla solo ahí, de pie frente al auto, — ¡súbete!

— Ven conmigo, — dijo tratando de arrastrarla, la chica se negó con una sonrisa tonta al ver a su amiga tan feliz.

— No, ve tu primero, después daremos juntas una vuelta.

Dando un asentimiento feliz, corrió al vehículo con tal emoción que dio un chillido cuando la puerta se abrió, era lo mejor en el mercado y sabía que era una versión ilimitada, solo trescientos ejemplares en el mundo, y ella tenía el primero en el país. Descendió con emoción por el camino adoquinado que abría paso a la autopista que conectaba los suburbios con la ciudad, y con emoción, pisó el acelerador, nunca sobrepasó el límite de velocidad permitido en esa autopista (120 km/h), y aun así seguí siendo emocionante la manera en la que el auto aceleraba sin problema alguno por el asfalto de la carretera, llegó a la intersección donde iniciaba el retorno y también la vía para la ciudad, Olga, esperó a que el semáforo volviera a verde para tomar la vía de vuelta a casa, ni siquiera aceleró tanto, inició con suavidad, grave error.

La colisión llegó de repente, no la vio venir; su mundo parecía ir en cámara lenta, el auto daba vueltas de carro como si de una noria se tratase, podía ver cristales y partes desprendidas flotando a su alrededor, y súbitamente, todo se detuvo.

8 meses

El piso 17 de la torre Balmaceda en el centro de la ciudad albergaba parte de una de la firma de publicidad, era bien sabido que no había nadie como Mun Designs, y desde hacía poco más de 6 meses, Olga andaba por los pasillos del área de marketing y publicidad con el equipo más famoso de la empresa, conformado por Juan Pablo Ulloa y Pablo D'Achiardi, Olga estaba ganándose el respeto de todas gracias a su gran trabajo con las campañas en las que había participado.

— Te ves cansado Pablito, — bromeó al ver a su jefe llegar con dos grandes ojeras bajos sus ojos, — ¿necesitas un aventón? — Preguntó adelantando su paso para entrar primero a la sala de juntas.

— Sigue así Olga Lucía, y estrás en la banca por toda la semana. — Gruñó mientras tomaba asiento en su puesto de siempre.

— Ya tengo mi banca para toda la vida, — Dijo riendo con delicia, — no creo que haya necesidad

— Muy chistosa niña, creo que en vez de publicista deberías ser payaso de circo, te iría mucho mejor.

Pablo era 5 años mayor, y aun así trataba a Olga como si fuese aún una adolescente, pero no en el mal sentido, era como tener otro hermano más, él y Juan Pablo le daban un sentido de familiaridad a su trabajo, era como estar con sus hermanas o sus primos, no se sentía realmente como trabajo, cosa que agradecía.

— Dios mío, ¿Y esa cara? Te ves como mierda. — Como siempre, Juan Pablo no era realmente sutil.

— ¿Puede dejar de comentar acerca de mi aspecto y ponerse a trabajar?

Ambos se miraron por un momento y después soltaron a reír, el hombre suspiró y solo se resignó, estaba tan acostumbrado a las tonterías de sus compañeros que solo quedaba reír con ellos secretamente, Cuando ya ambos dejaron de comportarse como un par de niños, (muchas veces olvidaba la verdadera edad de Olga), iniciaron sus labores, la primera, la campaña de apertura de Sony Colombia para el segundo semestre del año. A partir de ahí, la seriedad dominó la sala, lluvias de ideas aquí y allá por el resto del equipo los atrapó hasta cerca de las 10:30 de esa mañana, eso hasta que la alarma de Olga irrumpió, todos sabían que, significada, la chica debía partir por unas horas antes de volver después del almuerzo.

One Shots (Ventino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora