22.- Jardín de los sueños (Olkis)

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Olga Prov:

No podía creerlo, otra vez el mismo sueño, otra vez el mismo lugar, otra vez el jardín de los sueños se alzaba frente a mis ojos. Para mi suerte, era algo que conocía como la palma de mi mano, porque era el lugar al que me escapaba durante unos pequeños momentos.

Caminaba por un verde prado, sabía que este me llevaría a ese arco de piedra, adornado con un lindo rosal blanco, ese que, según yo, era un signo de pureza. Al internarme en esas grandes paredes que rodeaban ese jardín con un sin numero de flores y árboles, empecé a buscar el sauce que marcaba el centro de tan paradisiaco lugar, ese sauce que estaba a la orilla de un lago con aguas cristalinas y fondo tan blanco como la nieve, ese lago que cada vez se metía los pies, daba la extraña sensación de estar caminando sobre las nubes. Y por, sobre todo, ella, esa chica de negros cabellos, piel semi tostada, ojos tan expresivos, labios bien formados y un suave cuerpo que me moría por tocar.

Esa chica que las primeras veces no le había podido ver el rostro, pero a medida que las visitas se hacían frecuentes, logré ver a tan hermoso ángel, esa chica que achinaba los ojos cada vez que se reía, esa chica que iluminaba el lugar cada vez que una sonrisa se plasmaba en su rostro, esa chica que extendía su mano cada vez que me veía llegar, pero que se negaba a decirme su nombre.

-Llegaste Olga - dice ella llamando mi atención sin siquiera darse vuelta, como siempre, ella sabía la hora y el lugar por donde llegaba.

-Así es, extraña chica de la que no sé su nombre - me voy acercando a ella, cosa que parece ser imposible, porque en un momento dado, mis pies se niegan a seguir moviéndose.

-Ya te dije que cuando estuvieras preparada te lo diría - ella parece estar tan serena, parece que nada perturbara su paz.

- ¿Y cómo sabaras o sabré que estoy lista? - su sonrisa vuelve a dejarme embobada, empiezo a ver cada facción, cada parte de su rostro que se contrae en esa hermosa sonrisa.

-Solo lo sabremos - eso fue lo último que escuché de ella, después todo se hizo un torbellino de colores, volviéndose todo cada vez más confuso, hasta que simplemente estuve mirando el techo de mi habitación, con los dedos fuertemente aferrados en el edredón de mi cama.

- ¡DEMONIOS! - grito completamente frustrada, otra vez ocurrió. Precisamente hoy se cumple un mes desde que empecé a soñar con esa hermosa chica, desde hace un mes que mi cabeza traía a mis sueños un precioso ángel que me había dejado tremendamente embelesada.

-Tal parece que la bebé despertó de mal humor - una de mis hermanas mayores está recargada en el dintel de la puerta, con esa típica sonrisa.

-No fastidies y sal de mi habitación - le tiro lo más fuerte que puedo uno de los almohadones, utilizando el otro para amortiguar el grito de frustración que suelto en ese momento.

Muchas veces me gustaría poder tomar a esa chica de la mano y arrastrarla conmigo al mundo real, porque aunque suene idiota, siento que ella es mi alma gemela, ella es tan perfecta que no hace más que enamorarme cada día más, puedo decir que incluso he perdido el apetito por pensar en ella, por llevar a mi mente las mil y un manera en las que la puedo conocer, a ese perfecto que fue tallado a mano y cincel del mismo Dios para mí.

Mientras voy al colegio pienso en lo mucho que he cambiado este mes, mis mismas amigas lo dicen. Natalia dice que vivo en las nubes, Juliana dice que tengo cara de boba todo el día y Camila dice que tengo cara de enamorada, cosa que no está muy alejada de la realidad, pero no puedo simplemente decirles "¿Sabes? Estoy enamorada, es una chica con la que sueño todos los días desde hace un mes, pero no sé su nombre porque no quiere decírmelo, quizás no quiere que sepa su dirección imaginaria", sería de mil maneras, ridículo, por no decir una completa locura.

One Shots (Ventino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora