52. - Todo por ella.

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Natalia:

Las cosas siempre habían sido enormemente estables, nunca había nada que nos alterara de alguna manera ni que nos sacara de nuestro esquema, es por eso por lo que simplemente en la vida nos habíamos enfrentado al mundo de cuatro perspectivas diferentes. Quizás por eso es por lo que cada vez que siempre terminábamos implicadas en algún lio del que nadie tenía conciencia de como mierda habíamos terminado en ese punto.

Olga, Camila, Juliana y yo solíamos ser una especie de cuarteto dinámico que tendía una afinidad tremenda para meternos en problemas, también éramos las mejores amigas del mundo entero, algo así como hermanas de diferentes madres.

Nuestra complicidad, la inclinación de Olga por dormitar en clases, la fuerte tendencia de Juliana a reírse de la nada, la manera extraña en la que Cami se perdía en sus cuadernos sin prestar atención a la tarea y mi ya tan conocida maña de dormir a donde me agarrara el sueño. Esas fueron las razones por la que ese año, los profesores decidieron no dejarnos impulsar nuestra mala conducta al estar juntas, así que apenas entramos en el primer día de clase, nos mandaron directamente a las esquinas opuestas del salón, completamente solas y aburridas.

Esto no se iba a quedar así de ninguna manera. Tomé un papel y escribí un par de palabras vagas, para luego tomar el papel, arrugarlo y tirárselo en la cabeza a Juliana.

"El viejo marrano nos separó: C"

De inmediato, ella respondió, dobló el papel y me lo lanzó, dándome directo en medio de los ojos. Maldita puta, tiene una buena puntería.

"Eso pasa porque te duermes en clases"

La miré mal, viendo que sus ojos se achinaban en el momento en que la risa la tomaba por sorpresa, entonces, simplemente se mordió la lengua para evitar que una carcajada escapara de ella. Volví a escribir y se lo aventé, no teniendo tanta suerte como ella, porque le pegué a Simón en la cabeza.

—Lo siento. — Gesticulé, haciendo señas para que le entregara el papel a Juliana.

"Y tú te ríes hasta porque pasa una maldita mosca, babosa."

Ella me miró como si fuese una loca, luego cambió a ser una persona con la mirada asesina para, finalmente, enseñarme el dedo medio. Estábamos tan inmersas en nuestro intento de seguirnos insultando, que nunca nos dimos cuenta de que, en realidad, el profesor de matemáticas nos estaba mirando con reproche, además de estar a escasos centímetros de donde me encontraba.

—Es el segundo día de clases y ya estás haciendo desorden Afanador. — Lo miré un poco espantada. Quizás era porque sus ojos furiosos habían comenzado a mirarme de cerca. — ¿Es que tú no puedes comportante ni siquiera una hora?

Apunté directamente a Juli. — Ella comenzó a molestarme. — Jadeé en mi defensa, encontrándome con la sorpresiva mirada de furia por parte de mi amiga. — ¡Siempre me llama la atención a mí, cuando yo no hago nada!

Su mirada furiosa empeoraba cada vez que abría la boca. — ¿Escuchaste algo de lo que dije en el principio de la clase?

—¿¡Cómo iba a escuchar su usted me está gritando!? — Muy bien Afanador, hazlo enojar más. — ¡Además que sabe que me distraigo con facilidad!

Bufó enojado. — Eres imposible. — Entonces se giró como si ya no quisiera reprenderme, mirando a alguien que estaba en el centro del salón. — Señorita De Angulo, siéntese al lado de Afanador. — Luego sus ojos volvieron a estar puestos en mí. — A ver si así aprende a comportarse, teniendo a alguien intachable a su lado, impulsándola a estudiar.

Lo miré mal, intentando que el enojo que sentía en ese momento lo atravesara, pero lo único que conseguí con completa certeza, fue terminar completamente embrujada por la chica que tímidamente estaba de pie al frente del salón, apretando los tirantes de su mochila como si de esa manera pudiese protegerse de todos los ojos puestos en ella.

One Shots (Ventino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora