Omnisciente:
Todo había empezado con ese niño despavorido que ambas habían intentado ayudar, mismo niño que al día siguiente todos olvidaron, todos menos Natalia. Quizás ese debía ser el primer signo de que ella sería la siguiente, que de alguna manera, todos la olvidarían, que de alguna manera, esos jinetes terroríficos, con sus pistolas, con sus látigos, con sus perros negros de ojos rojos la alcanzarían y se la llevarían directamente al olvido; sabía que sería borrada y que no quedaría nada más que ese vacío poco congruente en la vida de las personas que amaba, pero no un vacío lo suficientemente amplio como para dejar algún atisbo de recuerdo en las personas.
Quizás deberíamos empezar un poco antes, en específico cuatro años antes cuando Natalia solo era eso, una chica hiperquinetica que saltaba alrededor de su mejor amiga Makis, predicando lo muy, muy, muy hermosa que era la reina de su escuela Camila Esguerra. La pelirroja por su parte, no registraba a nadie más que a su novia de ese entonces, Melissa y a su mejor amiga María Zarate.
Las cosas habían cambiado desde entonces, Melissa y Camila ya no eran Melissa y Camila, la castaña se había ido a Londres luego de descubrir que su felicidad con alguna persona que la pelirroja nunca conoció, mientras tanto, Camila se dedicaba a sus amigos, entre ellos, Natalia Afanador, la chica que se empeñaba en encontrar un significado sobrenatural a cada cosa que pasaba en su pequeño pueblo junto a su banda formada nuevamente de una extraña manera. Entonces, en una larga caminata, un día cualquiera, la castaña y la pelirroja encontraron un carro abandonado (o eso creían), así que se acercaron para apagar el motor, dándose cuenta de que dentro había un pequeño asustado.
—Deben esconderme. — Susurró con el pavor vivo en sus ojos. — Ellos vienen por mí.
Camila fue la que se atrevió a hablar. —¿Quién viene por ti? ¿De qué hablas? ¿Cómo te llamas?
La única respuesta que obtuvo la pelirroja fue un fuerte abrazo de un cuerpo tembloroso, el niño simplemente había salido de carro para lanzarse a los brazos de la chica, sollozando sobre su barriga, negándose a mirar sobre su hombro para corroborar que no esa cosa horrible no lo seguía. Natalia se arrodilló tras de él, acariciando su espalda para calmar los temblores incesantes que abordaban su cuerpo, intentando descifrar con su analítica mente las muchas cosas que estaban pasando.
—¿Puedes decirme cómo te llamas? — Pidió suavemente la castaña, dándose el tiempo de darle una reconfortante sonrisa. — Yo me llamo Natalia. — Se presentó sabiendo que debía darle algo al muchacho para que soltara. —La chica que abrazas se llama Camila, es mi amiga. — Susurró apretando los labios en una sonrisa amarga al decir esa palabra, cuando ella siempre había querido algo más. —¿Cómo te llamas tu? — Insistió en su pregunta.
—Max, me llamo Max Valverde.
—¿Quién te persigue Max? — Intervino Camila.
—Unos...unos tipos en caballo, ellos...ellos dispararon a mis padres. — Susurró con los ojitos llenos de lágrimas. — Tenían látigos y....y....y pistolas, ellos tenían perros.
—¿Tus padres están heridos? — Natalia estaba espantada por el relato del pequeño, pero es que no podía demostrarlo, debían darle fuerzas al niño.
Él negó, confundiendo aún más al par de chicas. — Ellos...ellos desaparecieron.
Ambas se miraron, intentando encontrar sentido a algo de lo que decía el muchacho, rindiéndose al cabo de un tiempo, tomando como única opción viable llevar al chico a la estación de policía donde trabajaba el hermano de la castaña. Trabajo que mucha vece había peligrado gracias a la constante necesidad de Natalia de adelantarse en las investigaciones y sacar sus propias conclusiones; de hecho, una vez su hermano tuvo que desmontar el pizarrón que utilizaba para sus investigaciones, alegando las muchas veces que estuvo a un pelo de perder el trabajo por la impulsividad y torpeza de su hermana, luego le había dicho idiota, luego había dicho que no era una idiota, que más bien era una genio que no sabía utilizar su potencial, y finalmente, escondió el bendito pizarrón, tardándose solo 12 minutos exactos en ser encontrado por la castaña y llevada a su habitación una vez más.
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One Shots (Ventino)
FanfictionComo ya lo dije, este libro de One Shots será escrito en conjunto con ustedes, así que no duden de pedir sus ships favoritos o del que les gustaría que escribiéramos, este es un libro de Ventino y quien ustedes quieran, esperamos les gusten.