Román.
¿Quieren un consejo?
Nunca se enamoren, de verdad. Estar enamorado solo trae problema, corazones rotos, ilusiones deshechas y mucho, mucho dolor.
No era justo, que después de sufrir tanto por ella, volviera a arruinar lo que creía que me estaba sanando. Lo peor de todo, es que ni siquiera estaba inseguro de todo eso lo que había comenzado a sentir, pero ella si desconfiaba, y eso me había terminado por matar.
¿Por qué Melissa tenía que hacerme esto? ¿Por qué tenía que arruinar todo lo que había logrado con mi pequeña?
Aquí estaba, frente a la puerta de su habitación de hotel, intentando que al menos, me escuchase, que me diera la oportunidad de decirle que la quería, que la quería de verdad. Ella tenía que creerme, tenía que saber que mi corazón latía por ella y por nadie más que ella.
-Pequeña. - Susurré con le frente recargada contra la puerta. - Estoy escuchando tus sollozos. - Musito con dolor en la voz. - Por favor, sé que estás ahí. Yo solo quiero hablar contigo.
-Por favor. - Farfulló con la voz quebrada. - Vete de una vez.
-No me iré. - Mi voz es opacada por un llanto. - No pienso perder lo único que logró sanarme en años. - Confesé. - Tu eres la dueña de mi corazón, eres la persona a la que quiero en mi vida, eres la persona a la que amo. - Un sollozo más fuerte escapó de sus labios, traspasando la fría puerta. - Te amo, mi pequeña. Yo no puedo perderte, no ahora.
Podía escucharla removerse, manteniendo viva la esperanza. - ¿Me amas? - Preguntó con dolor. - ¿Me amas así como la amas a ella?
Me quedé en silencio, intentando procesar el verdadero trasfondo de sus preguntas; esta era la única oportunidad, y no estaba dispuesto a cagarla una vez más. No la perdería nuca más, aunque tuviera que dejar todo para que me creyese.
-No. - Corté. - A ti te amo de verdad, te amo con dedicación, te amo con esfuerzo y con completa redención. - El corazón se me apretaba con fuerza en el centro del pecho. - A ti te amo como nunca he amado, de forma correspondida, y no quiero perderte. - Mis piernas parecían hundidas en una especie de mundo horroroso, un mundo en el que ella ya no estaba para tomar mi mano. - No quiero, porque ya sentí lo que era no tenerte y me destrozó por dentro, ya sentí lo que era mirarte desde lejos sin poder besarte. Me mataba tener que cantarte canciones en secreto, cuando lo único que quería era susurrarlas a tu oído mientras hacíamos el amor; cada vez que tenía que sonreírte y fingir que solo era tu amigo, cuando ambos sabíamos que nos estamos quemando por comernos la boca a besos. - Ya me importaba poco si alguien escuchaba, tampoco me importaba que todos sus vecinos se enterasen de nuestra relación. - Eres mi mujer, mi amor y no pienso irme sin luchar, no pienso irme de acá sabiendo que tú también me amas.
No hubo respuesta alguna, solo ese chirrido de la puerta abriéndose. Ella apareció con los ojos hinchados, las mejillas y la punta de su nariz rojas, el cabello despeinado y los labios más hermosos que alguna vez pudieron existir.
Hermosa, claramente.
-Román. - Sollozó. - Por favor, ya no más, ya no me hagas más daño.
-Mi pequeña. - Susurré, dando un paso hacia ella. - Yo nunca te haría daño. - Prometí. Con cuidado, mis manos tomaron su rostro. - Te amo, mi pequeña. - Susurré acariciando su nariz con la mía. - Te amo más de lo que te puedes imaginar, Natalia Afanador.
No esperé a que ella me respondiese, solo curvé mi espalda para encontrar sus labios en un ávido beso que parecía no tener fin. Mi pequeña, aún seguía reticente a decantarse por un camino en ese mundo de indecisiones y dolores.
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One Shots (Ventino)
FanficComo ya lo dije, este libro de One Shots será escrito en conjunto con ustedes, así que no duden de pedir sus ships favoritos o del que les gustaría que escribiéramos, este es un libro de Ventino y quien ustedes quieran, esperamos les gusten.