One Shots (Ventino)

10.- La escritora. (Jumila)

Juliana Prov:

No podía de la emoción, por fin conocería a mi escritora favorita, a esa chica que era un año mayor que yo, que me había cautivado con sus palabras, chica a la que jamás he podido ponerle una cara, porque ella nunca había revelado su identidad, nadie sabía su verdadero nombre, solo se conocía por su sobrenombre "Eterna Insomne", hasta hoy. Hace dos semanas una de mis mejores amigas había llegado a mi academia de baile.

Flashback

- ¡YURI! ¿A que no adivinas quien hará lecturas en la librería del centro? – dice Makis entrando con una sonrisa tremenda.

-Pues una persona que lee – le digo con obviedad, siento resoplar a alguien y seguido siento un zape en mi cabeza.

-Eterna Insomne, pendeja, ella hará una lectura dentro de dos semanas, para que se te quite la cara de amargada deberías ir – me dice Natalia, la novia de mi mejor amiga, en ese momento me da un ataque fangirl tremendo, me puse a gritar como loca mientras corría de un lado para otro mientras que las chicas me veían con cara de susto, así que las dejé ahí, mientras yo corría a reservar un puesto para mí, definitivamente conocería a esa chica.

Sin querer me había enamorado de sus palabras, me había enamorado ciegamente de una chica que no conocía, solo tenía imágenes creadas por mi mente de una chica, que según yo, era perfecta , iba tan inmersa en mis pensamientos que no me di cuenta que una chica venía en mí misma dirección, totalmente distraída, ambas chocamos de frente cayendo de inmediato por el impacto, a mis manos llegaron dos de mis libros favoritos, era de esa chica, quien, al levantar mi mirada conectó sus ojos conmigo, dejándome totalmente perdida en esos mares dorados.

-Perdóname, estaba distraída, sabía que, chatear mientras caminaba era mala idea, Enserio perdóname no me fije- su cabeza fue subiendo a medida que iba hablando. Sus ojos eran los más hermosos que había visto nunca, de un color tan peculiar pero tan perfectos al mismo tiempo, me sonrió y pude notar que tenía una increíble sonrisa, como parecía idiota por no hablarle, decidí decir mi nombre.

-No, no te preocupes, fue mi culpa también, venia igual de distraída, así que no me di cuenta, me presento soy Juliana Pérez- ella sonrió y yo no demore en devolverle el gesto.

- Mucho gusto Juliana, soy Camila Esguerra, ¿Como estás? -su voz, dios su voz era perfecta con un toque femenino y a la vez tan tranquila.

-Muy bien, de verdad perdóname, no tenía la intención de chocar hoy con alguien tan linda- dije coqueteándole, era la mujer más hermosa que había visto en mi vida, su mirada bajó y se sonrojo, sonreí victoriosamente.

-Se ve linda sonrojada señorita Camila- con un poco de diversión le dije, sus mejillas esta vez tomaron un color más intenso.

-Ya no sigas, que me sonrojo- dijo subiendo un poco su cabeza, con ayuda de mi mano levanté su mentón y la miré a los ojos quedando sumergida en aquel hermoso mar dorado.

-Qué te parece Camila, si para pedirte disculpas, por hacerte caer, te invito un café a unas cuadras de aquí- con toda la intención de que ella aceptara le pregunté, quería conocerla, sin pensarlo me había quedado prendada de aquella mujer que no conocía.

- Sabes algo, me encantar...-su dulce voz fue interrumpida por su celular. Mirándome con pena me hizo una seña de que contestaría, solo asentí. Unos minutos después llegó ella con una cara triste, me atreví a preguntar qué pasaba.

-Hey hermosa ¿estás bien? - ella solo negó, levante una ceja haciéndola entender que no entendía.

- Lo lamento Juli, pero creo que el café será en otra ocasión, me tengo que ir es urgente-su voz sonó preocupada. Solo asentí, se acercó a darme un beso en la mejilla, se separó y empezó a caminar hacia el lado sur de Nueva York, antes de que se alejara mucho, le grité.