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¿La vida se encarga de jugarnos una broma cuando la pasamos mal? ¡Yo vi...! ¿Qué vi? En este momento mi mente es un torbellino de pensamientos contrapuestos en un vacío como el del universo mismo. ¿La que vi no era ella, si no su hermana gemela? ¿Por qué no me dijo que tenía una hermana gemela? ¡Qué enredo es mi cabeza en este momento! Y yo pensando cosas malas sobre lo que había visto...
    —Bueno —dice Sofía, mirando a su hermana—, ¿puedes dejarme a solas con José, hermana?
    —Claro. —Responde, y me mira—. Fue un placer, José. Espero la pasen bien...
    —Yo... —Tartamudeo—. Emmm... Igu-gual.
    Ella se va con una risa tonta pero sonora. Sofía me mira y se echa a reír demasiado fuerte, justo cuando la puerta de su habitación se cierra. Deja de reír y dice:
    —¿Creíste que era yo la del parque, verdad?
    —¿Lo... Lo sabes? —Mi incredulidad crece.
    —¡Claro! Mi hermana fue la que me dijo que te vio, y que al verla te pusiste algo triste.
    —Pero... ¿Por qué no me dijiste? Y, ¿ella también tiene...? —Esta última pregunta salió de la nada. No quería hacerla, realmente.
    —No, no tiene. Y no te dije porque no lo vi relevante. —Se ríe de nuevo—. Bueno. ¿Qué tal todo? ¿Ya se te quitó la "tristeza"?
    —Todo perfecto. No tenía tristeza, Sofía.
    Al decir esto, me pongo rojo al saber que acabo de decir una mentira que es más que evidente.
    —Sí... Claro. ¿Sabes? —Su tono de voz se pone un poco más serio, por lo cual deduzco que lo que viene no ha de ser bueno—. Hoy casi me llevan de nuevo. Tuve un recaído bastante fuerte. Pero me tomé los medicamentos y ya me siento mejor.
    Sentí que mi corazón se paró de inmediato.
    —¿No has pensado nunca que es mejor estar muerto que seguir así, José?
    —Claro que sí —respondo—. La vida es una amalgama de sentimientos contrapuestos que nos lleva a cometer la peor de nuestras hamartías. Vivir así es como constantemente echarte gas pimienta en los ojos; el dolor será diario, pero nos acostumbramos a la sensación. Morir no es más que algo que anhelamos y no se cumple, pero cuando menos queremos que pase es cuando más rápido ocurre. La muerte es como la vida y el destino o el amor mismo: impredecibles. Somos simplemente como estrellas fugaces: aparecemos y nos vamos en cuestión de segundos. La vida es una sucesión de cosas estúpidas que nos hacen felices a veces. Somos efímeros en este planeta, y, como dice un bueno libro: somos efectos colaterales...
    Ella sonríe al escuchar todo mi soliloquio. La verdad, no quería decir todo esto y me sentí mal conmigo mismo. Al final, digo:
    —Sofía... ¿Aún quieres que te lea IT? Hoy no hace un clima escalofriante.
    Ella, con una sonrisa hermosa, esa misma que la hace ver la chica más hermosa del planeta y que me encanta, dice:
    —De tus palabras, escucharía hasta la misma palabra de Dios.

Yo viviré en tiWhere stories live. Discover now