Yo viviré en ti

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La primera guerra mundial, en esa época conocida como la gran guerra, fue un conflicto bélico entre el año 1914 al 1918. La triple entente fue conformada por: Francia, Inglaterra, Rusia, Italia, Japón y Estados Unidos; mientras que la triple alianza (potencia centrales) está conformada por: Reino de Bulgaria, Imperio Otomano, Austria-Hungría y Alemania. Pero no sólo él sabía eso, sino que también sabía el detonante: el imperialismo y el colonialismo, que venían desarrollando desde hacía décadas las potencias involucradas fue la principal causa subyacente. Pero la gota que rebosó el vaso fue el 28 de Junio de 1914, en Sarajevo con el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria y su esposa. El asesino fue un nacionalista serbio. Después de varios rechazos de Serbia cuando Austria-Hungría y Alemania le pidieron a Serbia que les diera la apertura de una investigación y la actuación en territorio Serbio, a lo que éste se negó en rotundo con el respaldo de la Rusia de Nicolás II. Después de esto Austria-Hungría le declara la guerra a Serbia. Y Rusia sale en su ayuda. Después Alemania le declara la guerra a Francia y a Rusia e invade Bélgica. Después Inglaterra se la declara a Alemania. Y así hasta el final de la guerra. Él sabía todas estas cosas. Claro, las guerras por venganza son cosas normales y tan naturales como respirar. Y su venganza se cumple. Vive en una guerra. En una corta y constante guerra, pues sabe que el mejor aliado de uno es el miedo. El mismo miedo temido desde la antigüedad tanto por soldados como por personas comunes y corrientes. El miedo abre puertas para hacer daño. Sentado en una silla espera el momento propicio para seguir con su plan. Solo puede disparar un tiro por el momento. Ese tiro tiene un nombre: Sofía.