El beso me ha sobrevenido de manera sorpresiva y emocional. Nos quedamos prendados por más de dos minutos, hasta que se separa de mí, y siento su ausencia.
—Perdón —dice ella—. No debí hacerlo...
Se tapó el rostro y se dirigió a mi habitación, donde se encerró en el baño. Después de unos minutos, y de yo bañarme en el baño de mi madre (que no se encontró en casa), ella grita: ¡Pásame una toalla, por favor!, a lo que yo le llevo la mía. Después de media hora salió. Tenía puesta una blusa color azul cielo, un pantalón de cuero color negro, que le queda exageradamente pegado al cuerpo, como una segunda piel; unos zapatos color blanco con negro y una línea perfecta y hermosa en sus pestañas. Completaba su atuendo una chaqueta que cuelga de su hombro, sosteniéndola con su mano derecha. Al rato, dice:
—Con los climas que tenemos en Medellín...
Nos vamos hacia la sala y sacamos algo de comida para calentar del refrigerador. Ella calentó una pizza hawaiana y yo unos espaguetis con albóndigas chorreadas de salsa de tomate. Nos vamos hacia la sala y encendemos la TV, donde están dando las noticias:
—Noticia de último minuto —empieza la presentadora, una señora de tez algo albina, un blazer amarillo y blusa blanca—: la Empresa Coltabaco acaba de cerrar sus plantas.
Me parece una estupidez que cierre una empresa de lo que más se vende, incluso, a nivel nacional. Pues según estudios, en cada país se tiene, como mínimo, el 48.9% de fumadores entre su población. En concreto, las plantas que se cerraron fueron las de Barranquilla y la de aquí, Medellín.
La empresa ya llevaba más de un siglo en funcionamiento, además, en las imágenes de las noticias, se ven todos los trabajadores, incluso, pidiendo la correcta indemnización que se merecen por su meses, años y quién sabe si décadas de trabajo.
Según se decía, después de que cigarrillos de contrabando (y muchos más baratos que los de la empresa) se vendían sobremanera. Esto ayuda a que la empresa cerrara sus puertas, pues la venta ilícita de estos estaba ya sobrepasando los niveles.
Al rato pasaron otra noticia más con relación a los venezolanos y el maldito gobierno de Nicolás Maduro. No tengo nada en contra de ellos, ni más faltaba, pero ¿por qué robar en un país que se abre las puertas sólo para que pasen y puedan buscar una nueva vida? No lo entiendo. Según las noticias, el golpe de estado propuesto por el presidente elegido Juan Guaidó va creciendo poco a poco, y yo, conocedor de la historia y sabiendo que todo termina en desastre, pienso que Maduro de allí solo sale de dos maneras: a la cárcel o en ataúd.
Como es bien conocido en la historia, digamos que principalmente la romana, cuando un emperador como Calígula*, Nero Claudius Caesar Augustus Germanicus**, Tito Flavio Domiciano, Pertinax, Cómodo, Didio Juliano; todos estos fueron asesinados por sus tiranías y su mal gobierno. Y, claro, sólo unos 13 emperadores murieron de causas naturales; así que pensemos lo corruptos que eran en ese entonces.
Al rato, y cuando ya casi hemos terminado nuestra comida, pasaron la noticia de Jesús Santrich, Las Farc y, como siempre, al célebre presidente conocido, creo yo, a nivel mundial: Álvaro Uribe Velez.
Sofi apaga la televisión y dice:
—No quiero oír nada más de corrupción.
Yo no me opongo y nos levantamos para lavar nuestros respectivos platos, tomarnos un jugo de Naranja, lavarnos de nuevo los dientes y salir de nuevo a la estación de la policía. Cuando llegamos hay más convulsión de la normal, y el Coronel Jorge se aproxima hacia nosotros: su mirada da miedo.
—La investigación etá vanzando. Creo que ya tenemos pistas del asesino...Salimos de la Fiscalía con un buen sabor de boca y también con más ilusión en el corazón.
Nos encaminamos hacia bello, parte norte de la ciudad. Para eso nos vamos en metro.
Vamos en la estación Madera, casi llegando a la estación bello. Lamentablemente, en este momento, esta parte de la ciudad está demasiado peligrosa, así como hace un tiempo estuvo castilla. (No digo que haya dejado de estar lo que denominamos los paisas caliente). Llegamos.
Nos bajamos del tren y subimos las escaleras. Salimos de la estación y nos vamos por el lado derecho del puente y bajamos las escaleras interminables. Después caminamos hacia el lado derecho, pasando por los alimentadores, buses que recorren muchos barrios y llevarlos hasta las estaciones.
Caminamos rectamente, pasando por tiendas motoras, establecimientos de comidas y llegando a una esquina, donde esperamos y cruzamos, llegando a una gasolinera.
—¿Hacia dónde vamos? —Pregunté, pues la idea de ir aquí fue de ella. Yo, como se dice en dialecto paisa, tengo las huevas en la garganta del miedo. Sí, así de mal está la situación. Ella responde al poco tiempo:
—Vamos adonde una amiga. Hace mucho no la veo. —Y suelta una risita que suena inútil para encubrir la mentira...
—¿Segura?
—Completamente.
No dije más. Al poco tiempo llegamos a una casa, ella toca el timbre, pero este no suena. A lo más medellinense posible, gritó.
Al poco tiempo aparece su hermana gemela.
*Esto, traducido del latín, significa «botitas», pues el emperador desde niño se ponía botas.
**El nombre real de Nerón, el que hizo las persecuciones de los cristianos. Recordemos que en la historia hubo más de un Nerón.
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Yo viviré en ti
RomanceJosé es un joven que padece una enfermedad que pronto lo llevará a la otra vida. En una habitación de un hospital, conoce a Sofía, quien se convierte en su motor de vida. El destino les jugará malas pasadas, desgracias, bajadas y subidas; felicidad...