29. Colapso.

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ALBA

Llamé a Carlos, era tarde, pero sabía que él habría salido de fiesta, así que podía intentar verle y hablar con él. Necesitaba salir de allí. No podía más me faltaba el aire, tuve que huir.

Carlos respondió deprisa, me dijo que estaba en el chiringuito donde nos conocimos y que fuera allí.

Me estaba esperando en un reservado que había en la playa y me había pedido una copa.

Llegué llorando, y invitó a sentarme a su lado.

- Alba, tranquila, cuéntame que ha pasado, me dijo cogiéndome de la mano y acariciándome el hombro.

- Están juntos, Carlos, están juntos y van a seguir estándolo, y yo sobro, no pinto nada en esa ecuación, seguro que ahora mismo están en la cama... He empezado a darle vueltas a la cabeza y me faltaba el aire, tenía que salir de mi casa.

- Tranquila, shhh, tranquila. Me dijo sentándose a mi lado y pasándome su brazo por mi hombro. Siento tanto que estés así, Alba... ojalá pudiera hacer algo, pero no puedo, vas a tener que bregar tu con ello...

Me abracé a él llorando y lo miré, ver sus ojos puestos en los míos, sientiendo la comprensión y esa ternura con la que me miraba, me impulsó a besarle. Posé mis labios en los suyos sin pensar en nada más.

-Oye, oye, Alba, ¡no! No hagas esto, tu no estás bien, no puedo besarte así.

- Por favor, por favor, bésame Carlos, lo necesito, le dije mientras le daba picos con los ojos cerrados...

- No Alba, esto no está bien, siento que me aprovecharía de ti... somos amigos, soy tu compañero, para.

- No, me voy a aprovechar yo de ti, te lo estoy pidiendo, por favor, bésame, bésame sin pensar en nada más.

Me miró y me besó, lentamente, se sentía bien poder besar a alguien en la calle sin que me diera un ataque de pánico.

Los besos se iban acelerando, y mi deseo también. Tenía el jucio nublado, no quería pensar en nada ni en nadie, me dolía tanto... solo quería sentirme deseada, apaciguar el dolor en brazos de otra persona.

-Carlos, llévame a tu casa, le pedí jadeando.

- ¿ Estás segura? No quiero que hagas nada de lo que te vayas a arrepentir.

- Si... Estoy segura, llévame a tu casa.

Me cogió de la mano, me subí a su coche, y cuando llegamos a su casa y abrió la puerta, me lancé de nuevo a sus labios.

- ¿ Donde está la habitación?, llévame, le pedía con desesperación mientras le besaba los labios, y el cuello y empezaba a quitarle la ropa.

- Alba, tranquila, ¿ Estás segura de esto? Mañana te vas a arrepentir.

- Solo es sexo Carlos, sin ataduras, sin miedos, sin compromisos, y sin enfados. Yo quiero hacerlo ¿ Quieres tu? Solo una vez, solo hoy.

Le miré aún con los ojos llorosos pero al mirarme entendió que lo necesitaba. Me llevó a la cama y me dejó caer lanzándose a mis labios y a mi cuerpo.

Cuando terminamos, las lágrimas empezaron a brotar. Se acercó a mi, me las secó acariciando mis mejillas y me abrazó.

-Tranquila, Alba, estoy aquí, ¿ Vale? Me besó en la cabeza y me reconfortó. Pasados unos minutos, necesitaba salir de sus brazos, de su cama, y de su casa.

Me vestí dándole la espalda y sintiéndome el ser más sucio y rastrero del universo.

- Carlos, siento esto, espero que no cambie nada entre nosotros, porque te considero un buen amigo.

Guns&SecretsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora