35.- Cita.

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ALBA

Había pasado un buen rato desde que Natalia se había marchado, me dio tiempo a recoger la casa, ducharme y vestirme para la ocasión. Estaba muy nerviosa, ni siquiera sabía si había elegido elconjunto adecuado porque no tenía ni idea de que tenía planeado Natalia. Esta mujer me iba a volver loca, pero le encantaban las sorpresas y no sería yo quien le apagase la ilusión.

Al final decidí ponerme un mono de pantalón con tirantes y escote de cuello en V, de color gris oscuro con brillos. El escote era bastante generoso y se ceñía bastante a mi cuerpo, remarcando mis curvas. Me miré al espejo deseando que le gustase a ella.

Mientras me miraba al espejo para maquillarme los ojos con el eyeliner y sombras smokey oscuras, notaba como me temblaban las manos.

* Joder, Alba, no me puedo creer que estés tan nerviosa, que os conoceis desde hace un año, y le has hecho de todo...*

- Tranquila, Alba, va a ir todo bien -me dije mirándome de nuevo al espejo y soltando una risa nerviosa por lo estúpida que me sentía.

Terminé de maquillarme, me giré hacia la salida cuando vi a Natalia apoyada en el marco de la puerta con su mirada salvaje puesta en mi. Ni me había percatado de que había llegado.

- ¡¡Que susto me has dado Nat!! ¿ Cuanto tiempo llevas ahí? -Le pregunté esperando que no hubiera presenciado la conversación conmigo misma de segundos antes.

No respondió, se limitó a jugar conmigo.

- ¿Te pongo nerviosa Albi? Soltó con una sonrisa lasciva.

Se acercaba a mi lentamente y yo notaba subir todo tipo de sensaciones desde mis pies hasta mis mejillas que empezaban a sonrojarse.

-Nnnnno... No... , aseguré nada convincente.

Sonrió y decidió tener piedad de mi, supongo que detectó que estaba a punto de sufrir un glitch de los míos.

- Estás impresionante, Alba, tanto que no se ni que halago decirte que pueda estar a tu altura.

Se inclinó y me besó en los labios sin mucha efusividad para no estropear mi maquillaje.

- Eres increíble, Natalia Lacunza,- le respondí al ver como era capaz de reconducirme en cuanto se me iban las cosas de las manos.

La abracé apoyando mi cabeza en su pecho y ella acarició mi pelo y me apartó para empezar prepararse para irnos.

- Me ducho rápido y nos vamos. espérame en el salón ¿vale?

- Ok

Me senté en el sofá mientras me puse la televisión para enterarme de las noticias del mundo ya que estaba super desconectada.

Cuando me quise dar cuenta, Natalia estaba en medio del salón con un conjunto color rojo impresionante. El pantalón era de gasa y se abría en la parte de abajo de ambas piernas y el top dejaba al descubierto el hombro de su tatuaje. Lo debía hacer aposta, porque ver ese tatuaje, ese hombro y esa clavícula, me volvía loca.

-Wow Natalia, estás preciosa,- piropeé con la mandíbula desencajada.

Ella se rió tímida.

- Anda Alba, tu si que estás preciosa.

Se acercó a mi y me besó los labios, ahora sí dedicándole más tiempo y mezclando su lengua con la mía.

El beso empezaba a descontrolarse, bajó su mano de mi espalda a mi culo y cuando lo apretó y gemí en su boca, paró bruscamente.

- Uff, Alba, vamos a parar, que al final ni cita ni nada como sigamos así.

Asentí mientras sonreía y resoplaba al mismo tiempo.

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