Guns&Secrets

40.- Miedo

ALBA

En la intimidad y la oscuridad de su habitación, rodeadas de mis óleos y su guitarra, estaban mezcladas nuestras ensencias,  y nosotras , allí de pie,deseabamos fundirnos en una.

- Hola peque.-Susurró con sus manos rodeando mi cintura.

- Hola mi vida. -Respondí mirándola fijamente.

- Me puso las manos en las mejillas y levantó mi cara para que la mirase.

- ¿ Vas a dejar que te acaricie? Porque me muero por hacerlo.

- No,- le respondí,- tu ya hiciste lo tuyo esta mañana. Ahora voy a mostrarte como debía haber sido nuestro primer encuentro sexual después de que volvieras conmigo.

- ¿ Vas a abusar de mi, Reche? - preguntó sonriendo arqueando una ceja.

- No, voy a hacerte el amor hasta volver tu mundo del revés.

Le cogí la mano y la llevé hacia la cama sin dejar de mirarla, haciendo que se tumbase con cuidado en el cómodo colchón.

Me tumbé sobre ella y la abracé.

- Mmmmm...me encanta que me aplastes...

- Ssshhh...- Chisté, poniendo mi dedo índice en sus labios.

Le aparté el pelo de la cara con delicadeza mientras mis ojos recorrían los suyos, sus labios su barbilla...

- Eres tan preciosa, Natalia...

Sonrió tímida rodeando mi cintura con sus manos.
Acaricié sus labios con el pulgar, y deslicé mi mano hacia su nuca, levantando su barbilla y dejando más accesible su cuello.
Comencé a besarlo lentamente, recorriéndolo desde su clavícula hasta su barbilla.

Besé el lobulo de su oreja y le di un sutil mordisco que provocó su pequeño gemido en ella. Lo lamí para suavizar la zona dolorida, y empecé a besar su mejilla hasta llegar a la comisura de sus labios.

Giró la cara para alcanzar mis labios y me dejé hacer, nuestros labios se conectaron como siempre al instante.
Se rozaban sin prisa, deslizándose sensualmente uno contra otro, jugando y transmitiendo una cercanía que jamás había experimentado antes. Un beso de los labios de Natalia Lacunza que me hacían sentir grande y pequeña a la vez, que provocaban una descarga eléctrica recorriendo todo mi cuerpo.  Su lengua pidió permiso para encontrarse con la mía, que la esperaba ansiosa.
Acarició mi culo por encima del pantalón y cuando fue a meter la mano por dentro, se la sujeté,  riéndome en su boca.

- No gatita, mi culo está vetado ¿recuerdas?

Sonrió y mordió mi labio inferior provocando un grito excitado de mi parte.

Seguimos besándonos ahondando cada vez más en unos besos que empezaban a ser apasionados. Sujeté las manos de Natalia entrelazando sus dedos con los míos y dificultando sus movimientos.

Me dejé caer suavente hacia un lado, dejando mi cuerpo parcialmente apoyado sobre el de ella, y acaricié sus pechos por encima de la camiseta de su pijama. Introduje la mano por debajo, y me entretuve acariciando su ombligo para seguir deslizando mi mano por su esternón, sin dejar de besarla. Acaricié su pecho derecho, abarcándolo con suavidad con la palma de mi mano, pasé mis yemas rozando su piel hasta el otro pecho que tenía el pezón duro por la excitación. Lo pellizqué y levanté despacio la camiseta de Natalia con intención de quitársela. Ella colaboró incorporándose levemente y levantando los brazos para que saliera por su cabeza.

Me lancé de nuevo a sus labios, aunque enseguida bajé lamiendo su barbilla, su cuello, su esternón. Acariciaba con una mano su pecho y con mi lengua jugaba con el pezón del otro, lo que hizo que la morena se arquease por incercia contra mi boca mientras empezaba a jadear excitada.
Levanté la mirada hacia ella que agarraba las sábanas con fuerza con la respiración acelerada.