14.- Contacto

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Estaba todavía un poco en shock por la sensación que había atravesado mi cuerpo cuando Natalia empezó a masajearme los hombros.

Mis pensamientos volaban a mil por hora con una mezcla muy grande de sensaciones opuestas. A parte de lidiar con unos sentimientos que jamás había experimentado, y menos con una mujer, tenía que pelearme con el hecho de que no quería sentir algo así, con el miedo de que mis compañeras me juzgasen o empezasen a hablar a mis espaldas sobre lo que estaba empezando a suceder. La reacción de María me había puesto en alerta y no quería que le pudiese comentar algo o Marta a Julia.

Seguramente, la sensación de que si se enteraban, me juzgarían negativamente, provenía solo de mi cabeza y de la educación extra conservadora que me habían dado mis padres.

Eran buenísimas personas, pero jamás habían tratado de cerca con la homosexualidad y lo veían desde un prisma negativo, que sin duda me habían transmitido a mi.

Joder! ¿ Porqué tiene que ser todo tan difícil? Pensaba, y encima esta tía, esta Diosa, este Jeckyll y Hide, no siente ni de coña lo mismo por mi, y no hace más que desconcertarme...

De repente, me vibró el teléfono. Lo cogí extrañada porque hacía media hora que habían gritado silencio, y no era normal recibir mensajes a esas horas.

Lo miré y de nuevo ese vuelco al corazón:

-Hola Reche¿ Que estás pensando? Porque se que no estás dormida...

Joder Lacunza ¿ Hasta en eso me tienes que conocer? , pensé.

-No pienso en nada, supongo que el cansancio no me deja dormir, listilla.- Escribí sonriendo

- Pues eso es un poco incongruente¿ no? Si estás tan cansada, a lo mejor deberías haberte dormido ya...

-Pues no tiene porqué.

-Si me hubieras dejado darte ese masaje en la espalda, ahora ya estarías dormida. Pero como te ha dado un glitch, no se muy bien porqué, tú te lo has perdido.

Me quedé en blanco, no sabía ni que contestar porque ella también se había dado cuenta de mi reacción y no sabía como excusarme.

-Soy muy buena dando masajes. Escribió ella al ver que no respondía.

"A tomar por culo", pensé, y respondí:

-Bueno, eso lo tendría que decir yo, no?

-Para que lo puedas decir, tienes que dejar que te toque...

- A lo mejor algún día te dejo, nunca se sabe, respondí jugando con ella.

-Estoy segura de que mis manos no se han portado mal esta noche cuando te relajaba los hombros...

Madre mía, me estaba excitando, solo con lo que me ponía en los mensajes...

-Seguramente he recibido masajes mejores,- respondí picándola, con una sonrisa en la boca y un calor en la entrepierna inédito para mi.

- Es posible, pero si no me dejas hacerlo, jamás podrás comparar y te quedarás con la duda para siempre, -respondió la morena.

- ¿Tu porqué tienes tanto afán por hacerlo?

- Por pura solidaridad con mi compañera, me da pena verte como una gatita herida.

Que cabrona, pensé

- Te lo tendrás que ganar, Lacunza,  le dije con picardía.

-¿ Ganármelo? ¿ Acaso no eres tu la interesada? Hasta mañana, Reche 😘.

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