52.- Incertidumbre

7.5K 283 239
                                        

ALBA

Parecía estar más tranquila, me acerqué a ella y me sonreía aún con los auriculares puestos.

- Me ha encantado la canción Albi, no la había escuchado nunca.

- A mí también me encanta, cada vez que la escucho pienso en ti. Es exactamente lo que tú me haces sentir.

Me abrazó y le acaricié la mejilla.

- Te adoro- Le dije sosteniendo ambas mejillas con mis manos y acariciándoselas.

- Y yo.

- Venga mi niña grande, vamos que va a empezar el embarque, ya verás como va todo genial.

Tomé su mano y tiré de ella hacia el avión no sin alguna resistencia de la morena.

El vuelo fue menos malo que el de ida, pero los momentos de despegue y aterrizaje sentí como si Natalia me fuera a arrancar la mano.

Cuando salimos del avión, mi chica sudaba como un pollo y no pude evitar sonreír, no debería hacerme gracia, pero es que me inspiraba muchísima ternura esa actitud tan indefensa.

Llegamos al hotel justo a la hora de dormir, y estaba claro que lo ibamos a hacer porque estábamos reventados. Habíamos acordado quedarnos una noche más para despedirnos en condiciones ya que después nos iríamos cada uno a una punta y a saber cuando volveríamos a vernos.

-Nat, me voy metiendo en la ducha, ¿Vale?

- Sí, peque, yo mientras descanso un poco aquí los pies.

Natalia estaba sentada en el borde de la cama con una carita que hasta me daba pena, me acerqué y le di un beso en la cabeza dirigiéndome al baño a continuación.

Cuando salí totalmente relajada de la ducha, Natalia estaba dormida como una piedra.

Estaba claro que me iba a ser imposible mandarla a la ducha así que la desvestí y como pude la metí en la cama arropándola con la sábana.

Me tumbé a su lado y me pasé su brazo por encima para sentir su abrazo, quedándome dormida casi en el acto.

A la mañana siguiente me desperté y Natalia no estaba en la cama, me molestó bastante su ausencia , y me levanté a buscarla. No estaba en el baño, así que fui a la terraza de la habitación. Estaba allí sentada mirando hacia los enormes edificios de Madrid totalmente metida en sus pensamientos.

- Hola churri. - Se sobresaltó- ¿Llevas mucho rato aquí?

- Hola mi amor, no, un ratito, me he despertado y ya no podía volverme a dormir, así que he salido a tomar un poco el aire.

-Me podías haber despertado y te había dado unos mimitos. - Le susurré sentándome en sus piernas.

- Albi, eso de sentarte en mis piernas cuando hay más sillas, se está convirtiendo en una costumbre...

- ¿Y? ¿Te molesta? Porque a mi me encanta.

-Para nada, lo que temo es el mono que voy a tener cuando no lo hagas.

Sus palabras me atravesaron y ella debió notarlo, porque rápidamente, reculó.

- Albi, no,no, no te pongas triste, no lo he dicho por eso, era una broma... si ya mismo vamos a estar juntas otra vez...

Hasta disculpándose me hacía sonreir.

- Nat, tranquila, estoy bien, es que yo también voy a tener mono de ti.
¿Nos duchamos juntas y nos vamos a desayunar con esta gente?

Guns&SecretsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora