Guns&Secrets

73.- Te reto.

ALBA

Me había mirado con desprecio, me había venido prácticamente a llamar puta, y se había largado sin más, rompiendo lo poco que había conseguido reconstruir en estos cinco largos años de sufrimiento.

Seguía paralizada en medio de la pista con las manos temblorosas por la tensión.

- Alba, ven, vamos a la barra, siéntate un poco, ahora nos vamos a tu casa.

Olivia, que no había bebido nada y estaba totalmente serena, tiró de mi mano con suavidad y me acompañó al asiento.

- ¿Qué ha pasado, Oli? Aún no se ni qué ha pasado...

- Alba, pues que la tía que te tiene trastocada por completo desde que la conociste, te ha montado una escenita de celos.

-¿Celos? Eso no han sido celos, yo solo he visto desprecio, ella tiene pareja, no ha sentido celos de ninguna clase.

- Albita... Te lo dice una tía que se ha visto implicada en más de una escenita de celos, tu Natalia estaba celosita perdida.

- Pues menuda forma de demostrarlo...

Estaba frustrada, triste, confusa, necesitaba salir de allí necesitaba olvidar todo lo que había pasado, no paraba de recordar una y otra vez sus palabras.

"Lo tuyo tiene un nombre, Alba, no te reconozco".

-Vámonos Olivia, llévame a casa.

Salimos de allí y me subí en el asiento de copiloto de mi coche, esperando a llegar a casa.

Cogí la mano de mi acompañante y me dirigí hacia mi habitación con impaciencia.

- Alba... sabes que me encantas y que no puedo negarte nada, pero ¿Estás segura de esto?

- Sí, te necesito, bésame y cállate.

Empecé a besarla y a quitarle la ropa con brusquedad, necesitaba sentir su piel con mi piel rápido, necesitaba evadirme de todo, olvidar lo que había ocurrido esa noche, olvidar sus palabras que me golpeaban como un martillo.

Me entregué a su besos y a sus caricias, me entregué a ella y ya no me bastaba, porque la que había sido mi anestesia hasta ese momento, ya no era suficiente, porque ahora ya solo la tenía a ella en la cabeza, y ni siquiera Olivia, que tantas veces me había hecho olvidar, que tantas veces me había ayudado a seguir adelante, podía borrar el dolor que me causaban sus palabras y su desprecio.

-Alba... no estás bien, te lo noto, esto no es como las otras veces, yo puedo intentar distraerte, pero no puedo sacarte a polvos lo que tienes tan metido en tu cabeza, tienes que analizar esto, porque no estás bien.

Levanté la cabeza de su pecho.

- ¿Tú también Olivia? ¿En serio?

- Es que no estás aquí, siempre que hemos estado juntas te has entregado en cuerpo y alma, he sentido que estabas conmigo, pero ahora no estás, me gustas Alba, te quiero, no quiero que sufras sin necesidad, no es bueno para ti.

- ¡Otra con las mismas tonterías! ¡Me tenéis hasta el coño,Olivia! ¿Puedes dejar que yo decida lo que es bueno o no es bueno para mí?

- ¿Te tenemos?

- ¡Sí, Ana y tú!, que os habéis propuesto acabar con mi vida sexual de un plumazo.
Estoy aquí, contigo, ¿No? ¿Porqué no puedes simplemente disfrutarlo y ya está?

- Porque yo no puedo disfrutar si tú no lo haces, ¿no lo entiendes?

-¿Pero a ti quien te ha dicho que no disfruto?