Guns&Secrets

25.- Desconcierto

Me desperté con los primeros rayos de sol entrando por la ventana. Apenas podía abrir los ojos. Tenía un dolor de cabeza brutal, y prácticamente era incapaz de estirarme por la postura en la que me había dormido en el sofá.

Me desperecé y empecé a darle vueltas a lo que había ocurrido la noche anterior. Tenía recuerdos difusos, recordaba que llegué al chiringuito y que tomé una copas con Carlos, aquel chico encantador que me llevó a casa... Y al que besé...

Ohh Dios mío... Besé a Carlos... ¿ Que has hecho Alba? ¿Porqué lo has hecho? Bueno, no pasa nada, no sois nada, no te agobies, habías bebido, el chico era guapo y agradable, no pasa nada por besarle ¿ no?, Me repetía para convencerme...

Pero entonces ¿ Porqué me sentía tan mal?. Me volví a dejar caer en el sofá, abatida, lo peor de todo era que había disfrutado de aquel beso con ese desconocido que había conseguido que dejase de pensar en todo lo que me atormentaba.

Empecé a buscar mi teléfono, que hacía varias horas que no revisaba, y al consultar whatsapp, vi que le había enviado un audio a Natalia a las 4 de la mañana... Oh joder... No lo recordaba. Leí el mensaje posterior de ella, 15 minutos después:

-" Mañana llego a las 18.00, ya hablaremos".

¿Dios... que coño le mandé en el audio?

Pulsé para escuchar mi propio mensaje y casi me da una embolia... Le había contado que besé a Carlos... Joder, joder, joder... ¿Ahora que le iba a decir?

Puse las piernas flexionadas sobre el sillón y escondí mi cabeza en ellas... Soy un puto desastre...
Me di 15 minutos y me metí en la ducha. Mientras dejaba caer el agua caliente por mi cara, pensaba en como explicarle todo a Natalia, aunque, ahora más serena, recordaba porqué estaba enfadada con ella y que ella también me debía explicaciones. Si esto nos iba a llevar a algo, claro. Porque tal vez no nos debíamos nada.

Llegaron las 6 de la tarde y esperaba impaciente. No sabía que me iba a encontrar y mis nervios aumentaban por momentos.

Salí a la terraza y me senté a esperar, mirando el mar que tanta paz me daba.

A los 20 minutos de estar sentada, vi llegar su coche. Aparcó justo debajo de la terraza, traía en carro con la moto. Vaya, así que iba a ver a Natalia Lacunza en su Harley... *Céntrate Alba, que estás enfadada.*

Salió del coche e instintivamente, miró hacia arriba y nuestros ojos se encontraron.

Su mirada fue fría y distante. Apartó la mirada y fue al maletero donde empezó a descargar sus maletas.

El corazón me latía a 1000 por hora, esperando a que sonara el portero, pero llamó directamente a la puerta. Fui a abrir con el corazón en un puño, me retoqué el pelo y me coloqué la ropa.* ¿ Que haces Alba?*.

Abrí y ahí estaba, con semblante serio, su guitarra a la espalda y una maleta a cada lado.

- Hola, dijo casi en un gruñido.
- Hola, respondí yo con una risa  irónica.

Nos dimos los dos besos más fríos que recuderdo en toda mi existencia.

- Dejo esto aquí, voy a por el resto del equipaje.

- ¿Te ayudo? Le pregunté seca.

- No, gracias, ya has hecho bastante...

Cuando iba contestarle furiosa, cerró la puerta tras de si...

* ¿ Encima se permitía el lujo de tratarme como si yo le hubiera hecho algo a ella? Esto es el colmo*

Me senté en el sofá rabiosa y nerviosa. Había empezado mal la cosa... Le había dejado la puerta entornada y me había sentado en el sofá, tenía la tele puesta, cambiando constantemente de canal mientras me mordía las uñas frenética.