Guns&Secrets

54. Disparo al corazón.

Estuve todo el día llamándola y escribiéndole mensajes. No soportaba la idea de que estuviera por ahí sola sin un sitio donde quedarse.

En el último mensaje a la desesperada recibí respuesta.

- "Por favor Natalia, te voy a dar tiempo, pero por favor, solo dime que has encontrado sitio donde dormir, si no, voy a registrar cada rincón de la provincia de Alicante hasta que te encuentre".

- "He encontrado sitio, tranquila, estoy en un hotel y todo bien, por favor,necesito tiempo. Aprovéchalo tú para aclararte."

Suspiré aliviada esperando que me hubiera dicho la verdad, sabía que regresaba a Pamplona en tres días y esperaba que me diera tiempo a hablar con ella.

Pasaron los días y no supe nada de ella, así que, con la esperanza de verla, me planté en la estación, en la zona de acceso al tren destino Pamplona que se suponía iba a tomar ella, según me dijo cuando llegó.

Esperé hasta que salió el tren y ni rastro de Natalia.

Volví a casa derrotada y llamé a Julia.

- Hola enana ¿Qué te cuentas?

-¿Tú que crees? La he vuelto a cagar, pero esta vez creo que de verdad.

- Joder Alba...

Le conté a mi amiga todo lo ocurrido y le pedí que hablase con Natalia para saber si estaba bien, si estaba en Pamplona y si había encontrado piso.

- De verdad Julia no te voy a preguntar donde está, solo necesito que me digas que está bien, te lo suplico, me voy a volver loca.

-Vale voy a hablar con ella, te juro que como me cuente algo que no me hayas contado tú, vamos a tener más que palabras, Alba.

- Julia, te lo he contado todo, solo que mi perspectiva es diferente a la suya, pero tiene razón en todo lo que te diga. Por favor, infórmame en cuanto sepas algo.

- Vale, tranquila... Un beso Alba.

- Un beso Juls.

Pasadas un par de horas en las que estuve a punto de ir a buscar a Julia a Barbate, recibí la llamada de mi amiga.

- He hablado con Natalia. Está en Pamplona y está bien, ha encontrado piso en Torrevieja, y me ha pedido que no te diga cuando va, ni donde va a vivir.

Suspiré profundamente, en una mezcla entre alivio y tristeza.

-¿Me odia, Julia?

- No te odia, Alba, pero cree, y yo también lo creo, que os puede venir bien estar separadas sin ningún tipo de contacto.

- No se como lo voy a hacer Julia, no se vivir sin saber nada de ella...

- Pues tendrás que aprender de nuevo, Alba.

Suspiré asintiendo como si mi amiga pudiera verme.

- Gracias Juls, vamos hablando. Te quiero.

- Y yo a ti.

Colgué el teléfono y miré a Marina que me observaba interesada, también había estado muy preocupada por no saber nada de Natalia y quería información.

- ¿Que te ha dicho? ¿Donde está?

- Está en Pamplona, parece ser que está bien, y ha encontrado piso en Torrevieja... No va a vivir en Santa Pola...

Eso último fue más un sollozo que una frase acabada.

- Alba...¿quieres hablar?

- Marina... no puedo oirlo salir de mi boca, no soy capaz de pronunciar esas palabras.