70.- Furia

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ALBA

Joder joder joder, esto no puede ser cierto, tiene que ser una pesadilla. ¿Qué hace en el extremo opuesto a Pamplona? ¡Es Teniente joder! Y va a ser mi Teniente... esto no puede ser cierto.

Miraba al frente sin ser capaz de reaccionar.

Al oír mi nombre salir de su boca, solo pude seguir mirando al frente y tragar saliva, sí, tragar saliva, porque respirar se me había olvidado por completo.
La oía explicar cuales eran sus funciones, que iba a ser nuestra instructora en algunas clases teóricas y en físicas y se me descomponía el cuerpo... no podía mirarla, pero su voz me estaba abrasando por dentro.

Cuando la oí decir que su puerta estaba abierta para escucharnos se me escapó un gruñido recordando lo cerrada que estuvo para escucharme a mi cuando se marchó.

- Menudo cuento - pensé.

Pero cuando mandó firmes de nuevo y se acercó a mí reprochándome mi actitud, casi se me para el corazón, estaba tan cerca de mí que su perfume invadió todos mis sentidos.

* Dios, sigue oliendo igual, su aroma a frutas que siempre me había vuelto loca.*

En esos 5 años, nunca había vuelto a sentir ese aroma y ahora el recibirlo me había trasladado directamente a una imagen de sus brazos arropándome con ternura.
Pero me estaba regañando, estaba mostrándome su autoridad delante de mis compañeras, y no me quedó otra que cuadrarme y obedecer. La había cagado, había sido una falta de respeto hacia una superior y ahora tenía que apechugar.

En ningún momento nuestros ojos conectaron, y lo agradecí porque no sabía cómo podríamos haber reaccionado de no haber sido así.

Cuando se dirigió a su despacho miré a mi amiga.

- Ana...

Ella me miró con compasión y me siguió cuando me vio salir corriendo hacia el cuarto de baño, donde vomité todo el desayuno.

-Alba... tranquila... sé que ha sido un impacto muy fuerte para ti, pero solo es Natalia, es ella, pero con estrellas.

Me sujetaba el pelo y me acariciaba la espalda con ternura.

- Joder Ana, que mala suerte... Este iba a ser nuestro año, y me da que me va a hacer la vida imposible...

-  A ver, Alba, que tú te has pasado tres pueblos, cuando te he oído bufar, sabía que te iba a caer bronca fijo... da gracias que no te ha metido un parte disciplinario... que eso lo se hasta yo...

- Pues ahí lo tienes, la veo después de 5 años y pierdo la cabeza, la disciplina y la coherencia...

-Bueno, a partir de ahora intenta estar más tranquila y controlarte si quieres salir de sargento. El pivón está en pie de guerra, y tiene galones, así que habrá que ser obedientes.

- No se si voy a poder aguantar todo el curso con ella aquí, Ana...

- ¿Que? Por supuesto que vas a poder, porque eres la jodida Alba Reche y estás aquí con tu amiga Ana, y somos las putas amas y lo vamos a bordar, ¿ Vale? Tú solo controla tu genio, fiera.

Me ofreció una toalla para secarme la cara después de lavármela en el lavabo y nos dispusimos a marcharnos de la academia, por hoy habíamos terminado y necesitaba de verdad salir de allí a toda velocidad y no cruzarme de nuevo con mi nueva Teniente.

Al día siguiente empezábamos el curso oficialmente con las clases y horarios a tope, y tenía una tarde y una noche para mentalizarme de todo.

Llegamos a casa, comimos  y me fui  a la ducha. Necesitaba desfogarme, sabía que tenía que centrarme o se me iba a hacer un curso eterno.

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