Capítulo 17

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Eiden.

El camino de vuelta a la casa de Jessica se vuelve un poco incómodo. Trato de hacerla conversar en un principio cuando ambos subimos al autobús yo me siento en la ventana y ella a mi lado.

— ¿Te gusta tu ciudad?

—Si, la verdad que si— me responde mirando hacia otro lado.

—Luce bien... no hay gran diferencia entre el lugar de donde vivo.

No hay respuesta.

—Jessica y tú, ¿¿llevan mucho tiempo siendo amigas?

—Un poco— mira hacia sus manos y juega con sus dedos.

—Gracias por ese helado, de verdad que ha estado bueno.

—No tienes que dar las gracias, tú lo has pagado.

(¿Qué carajos le pasa? ¿acaso hice algo mal? ¿se enfadó porque he pagado yo el helado?) no, eso es estúpido, ¿Quién se enfada por eso? Me abro con ella contándole un poco de mi vida personal y se pone en este modo.

¿Debería haberlo dejado pagar? Creí que se enfadaría, pero al parecer la ha enfadado más el no decir nada. Me rasco la cabeza y trato de mantenerme en calma, ¿desde cuándo me he vuelto tan niñita?

Miro por la ventanilla esta nueva ciudad y los nuevos lugares, trato de no mirarla, suficiente he hecho al clavar mis ojos en sus labios, pero ¿Cómo no hacerlo? Parecía que me invitaran a besarla y...

(Aquí vas de nuevo, tremendo imbécil)

Sacudo mi cabeza y me saco esos pensamientos, seguro que sigue colgada por aquel ex suyo y yo no necesito dramas en mi vida. Cuando bajamos del autobús ambos tomamos distancia entre cada uno para evitar conversación alguna. Además, que me ha dicho que soy gay, ni siquiera fue una pregunta, apenas la voy conociendo y ya me suena como mi madre, seguro a que se llevan bien esas dos.

Al llegar a la casa ella se detiene frente a la puerta y me mira dudativa. ¿es que va a golpearme? ¿notaría como yo esa estúpida corriente cuando coloqué mi brazo sobre sus hombros...?

—La he pasado bien, pero tal vez no deberíamos mencionárselo a... Jess— se muerde el labio superior y baja la mirada hacia sus pies.

Me quedo sorprendido y herido, más aún la segunda. No imaginaba cuanta vergüenza le daría el hecho de haber salido conmigo, ni siquiera ha sido una cita de verdad, pero lo haya sido o no a ella no le ha agradado. Mi mente conecta y tal vez no quiere que lo sepa David, he visto como se miran, y cuando ella le ha mencionado que gracias a él se ha interesado en la banda...una parte de mi desea decirle que no vale que pierda su tiempo, pero no, ese es problema suyo.

—Como sea— meto mis manos en los bolsillos del pantalón, activo mi modo "no me importa lo que pienses" y entro en la casa dejándola aun en la puerta.

— ¿Las conseguiste? — me pregunta David en cuanto me ve entrar—. Muéstrame esas linduras.

Le arrojo la bolsa con las baquetas en ella y subo hasta el baño, necesito una ducha. Algo bueno de ser un "gruñón" es que a nadie le sorprende este tipo de actitudes y nadie hace preguntas.

— ¿Te estás cepillando los dientes?

— ¡Mamá, por dios! — digo poniendo los ojos en blanco—. Si, si lo hago, tres veces al día.

Comienzo a arrepentirme de haberle llamado ahora que ha comenzado con todo ese cuestionario.

— ¿Estás comiendo bien?

Nova LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora