Capítulo 42

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No hace falta decir que todo ha sido un éxito incomparable, la gente se ha vuelto loca, ha coreado nuestras canciones, ha gritado y llorado con algunas canciones y aun que David se encontraba nervioso al principio ha sabido sacar todo adelante.

Incluso he podido ver a Ana cerca de la segunda fila, ¿esa chica siempre lleva sus pechos fuera? Teo ha evitado una pelea que se iba a llevar a cabo filas atrás y a pesar de ese percance todo ha sido perfecto.

Volvemos a casa con una gran sonrisa y los bolsillos repletos de dinero. Estamos exhaustos, pero siendo chicos no hemos empacado aún. Así que en cuanto llegamos comenzamos a arreglar todas nuestras cosas.

—Mierda, no va a caber todo en mi maleta, chicos ¿pueden llevarse algunas de mis cosas?

—Ni hablar David, no voy a pagar más por peso de equipaje solo porque te has traído toda la tienda de recuerdos para tus padres.

Él mira a Esaí con mara la cara y después me mira a mí.

—No, ni lo pienses.

—Bien, tendré que gastar un poco de lo que he ganado con mi esfuerzo y dedicación.

Teo le arroja una almohada en la cara mientras se ríe.

—¿Puedo pasar? — la voz de Kris hace que mi corazón lata fuerte y en seguida la miro—. Les he traído esto.

Extiende algunas playeras del concierto de hoy. Son buenas en seguida cada uno toma una y me acerco a ella.

—¿Quieres ir a dormir ahora?

Ella asiente y me toma de la mano.

—Buenas noches Eiden... que la pasen muy bien— dice Teo riendo.

Le saco el dedo medio y doy media vuelta con Kris.


Cuando entramos a su habitación me doy cuenta de que ella también ha hecho sus maletas, ahora el cuarto se siente un poco vacío.

—¿También se van mañana?

—Si, después del aeropuerto iremos al apartamento.

La entiendo, seguro no quiere volver ahí en donde ya no estaremos. Abre la sabana y entra mirándome. Me deshago de mi playera y después del pantalón para entrar a su lado y en seguida abrazarla.

Ella se acurruca a mi lado y me da besos por todo mi pecho.

—Salúdame a tu mamá.

Asiento con gusto.

—Seguro que pronto querrá conocerte.

—Yo también quiero conocerla, tienes que prometerme que vas a cuidarte.

Me río y asiento.

—Solo si tú me prometes lo mismo.

Sin dudarlo ella asiente y me besa en los labios. Sus manos recorren con delicadeza mi espalda y me hace estremecerme cuando toma el elástico de mi bóxer.

No me lo pienso dos veces, comienzo a bajar la cremallera de su pijama de gato cósmico hasta que puedo verla mejor y sonrío acariciando hasta la más pequeña y oculta de su piel.





Kristal

No hace falta decir que ha sido una de las mejores noches de mi vida, y en la lista siempre esta él.

Cuando abro los ojos el sol ya está asomándose por la ventana, aprieto mis manos contra mi pecho y me obligo a guardar cualquier sentimiento de tristeza muy en el fondo.

Nova LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora