Capítulo 20

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Eiden

(¿En qué mierda me he metido?)

Es la pregunta que ronda mi cabeza, no puedo cerrar los ojos porque la sensación sube y baja una y otra vez, tampoco quiero levantarme para vomitar, podría asustarla y ha dejado en claro que no me teme. Noto como su respiración se vuelve más lenta y sé que se ha quedado por completo dormida.

(¿Cómo es capaz de quedarse dormida cuando está al lado de un completo extraño?)

Me revuelvo incomodo en la cama, aun que siento su aroma en la almohada que hay debajo de mi cabeza y eso me tranquiliza un poco, después de un rato más la imito y miro hacia ella. Duerme de una manera tranquila y apacible que hasta siento un poco de envidia. Un mechón húmedo se ha quedado pegado a su rostro, y frunce el ceño. Supongo que está soñando algo no muy agradable.

Recuerdo la historia que solía contarme mama antes de irme a dormir, ella decía que si observas a una persona mientras duerme, espantas a su ángel. Siempre me pareció bobo, pero ahora comienzo a dudar si esto es posible, por como frunce el ceño parece estar pasándola mal.

Así que suspiro y giro mi rostro hacia la pared, aprieto mis ojos fuertemente y me concentro en dormir.

"Es solo que a veces Jessica tiende a exagerar las cosas y si sabe que hemos salido seguro que intentará molestarnos, desde hace tiempo ha querido que comience a salir con alguien y no quiero que termine fastidiándote."

Las palabras se repiten una y otra vez en mi mente, se ha disculpado por lo de la tarde y me ha dado una buena explicación aun que realmente seguro solo no quería hacerme sentir mal. De igual manera suena bien.

Escucho al idiota de su ex revolviéndose en la cama y me pregunto si haberla dejado en la orilla ha sido buena idea.

Un ruido me despierta en medio de la noche, o madrugada, o amanecer quizá, puedo ver algunos rayos de sol apenas asomarse entre el gran ventanal que hay frente a nosotros.

— ¡Carajo!

La cama que hay en frente rechina un poco y sé que aquel imbécil está despertando, no lo medito, no lo pienso, no lo dudo, me giro lentamente y me muevo cerca de la chica que hay a mi lado, paso mi brazo por sus costillas, entrelazo mi pierna con la de ella y rezo porque no se despierte.

Escucho pasos tambaleantes, como se cae algo y en seguida la luz ilumina la habitación.

— ¡¿Qué mierda es esto?!— grita entonces y sé que nos ha visto.

Giro lentamente el rostro hacia su dirección y achino los ojos mirándolo. El tipo luce como un gilipollas, un completo imbécil. No esperaba más.

— ¿Podrías apagar la luz cuando salgas? — le digo atrayendo más hacia mí el cuerpo casi desmayado de Kristal. Dios, me alegro tanto de que tenga el sueño de un elefante.

— ¿Tu quien carajos eres? — escucho su voz más cerca.

—Creo que eso es obvio— le digo aun con mi cuerpo pegado al de la que solía ser su novia y sonrío.

Sale de la habitación azotando la puerta, Kristal apenas y se mueve ante el estruendo, en seguida me separo de ella y me levanto para apagar el interruptor, le pongo el seguro a la puerta y me acuesto en la cama donde hace unos minutos se encontraba el chico, el aroma me molesta huele demasiado a alcohol, pero me tranquila más estar así.

Una vez que me encuentro en esta nueva cama giro y miro su espalda subir y bajar lentamente, apenas se ha enterado de lo que ha sucedido.

Cierro los ojos y puedo dormir tranquilo.

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