Capítulo 82

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Kristal.

— ¡Eiden! ¿puedes venir a ayudarme?

—Te he dicho que lo hacía yo— dice mirándome divertido.

—Estoy a punto de dejar de sentir los brazos.

Él llega y me ayuda a colocar el foco en su lugar, antes de bajar las escaleras me besa la punta de la nariz.

—Eres testaruda.

—Y tu un cursi.

Se ríe y mira a nuestro alrededor.

—Creo que esta todo limpio, ¿no lo crees?

Miro la sala, la cocina, los pasillos...nuestra casa.

—Si, creo que sí.

—Ya sabes cómo son los chicos, van a destrozar todo en cuanto lleguen.

—Igual quiero que todo esté limpio y ordenado.

—Siempre lo está— dice cargándome en sus brazos—. ¿A qué hora llegarán?

—Les he dicho que a las seis...

—Son las cinco... tenemos tiempo suficiente para...

No termina la frase y hunde sus labios en mi cuello. En cuanto siento el contacto mi piel se eriza.

—Eiden...

Sus labios encuentran los míos y apenas siento cuando mis pies dejan de tocar el suelo. Cuando abro mis ojos ya nos encontramos en nuestra habitación. Mi cuerpo se relaja y en cuanto lo hace siento la necesidad de tenerlo tan cerca, clavo mis dedos en su espalda y me dejo llevar por la sensación que, a pesar de los meses, sigue causando en mí.


—Kris, no cabe duda de que tus habilidades culinarias han mejorado con el tiempo— dice David llevándose otro bocado.

—Si, no hay duda— Esaí me sonríe y asiente—. ¿Recuerdas cuando quisiste envenenarnos con esa masa en casa de Jess?

—No, no recuerdo— le digo riéndome.

—. ¿Cómo vas con la tarea de química?

—Creo que... no me va mal— le digo alzándome de hombros—. ¿Y tú?

—Bueno... creo que le he entendido bastante.

— ¡Embustero! — grita Teo señalándolo—. Justo hoy me has dicho que ibas a pedirle permiso para copiar su examen.

— ¡Joder! — dice Esaí riéndose—. Tal vez solo algunas respuestas Kris.

—Ni en sueños— le digo saboreando el puré de papá en mi boca—. Te ayudo a estudiar más tarde.

—Págame— dice David estirando su mano hasta Teo—. te he dicho que no aceptaba.

Los miro entrecerrando los ojos y negando con la cabeza.

El sonido de la puerta nos hace girar a todos y veo a Elizabeth entrar con un postre en las manos.

—Espero no haber llegado muy tarde, el doctor nos ha retrasado— dice llevándose las manos hacia su vientre ya abultado.

Si, la madre de Eiden está ahora embarazada... ¿Cómo le ha caído a Eiden?

Se levanta enseguida y corre a ayudar a su madre.

—Te he dicho que no debes cargar cosas pesadas.

Elizabeth rueda los ojos y me da un gran abrazo.

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