Se acomodaron en el sofá nuevo de Valentina, el cual era tan grande que entraban ellas dos, tres perros tamaño labrador adultos y todos sus futuros hijos y aún así podían estar todos cómodos y a una distancia razonable unos de otros.
Ya Valentina! Tendrías que haber pensado mejor este tema del tamaño del sofá… con qué excusa te acercas y te pegas a ella ahorita niña…
Valentina miró fijamente a su compañera y entrecerró sus ojos analizando la situación mientras comenzaba la película y notó su lejanía a la fuente de las palomitas de maíz.
Bingo!... Razonó y todos sus minions mentales respiraron nuevamente aliviados. Lentamente se acercó todo lo que pudo a la cocinera y a su fuente de palomitas de maíz, las cuales por cierto estaban más que deliciosas. Todo lo que Juliana era capaz de producir en una cocina era aparentemente delicioso y Valentina tuvo que controlarse pues no quería repetir el incidente del tiramisú de la noche anterior.
Pronto ambas estaban tan concentradas y absortas con la película que la fuente de las palomitas de maíz estaba en el piso y Valentina tenía su cabeza apoyada en el regazo de la cocinera, mientras la morena jugaba con su cabello inconscientemente, a la vez que se reía y emocionaba con cada escena.
Valentina había visto la película tantas veces ya que se sabía muchos diálogos a la perfección y repetía sus favoritos en voz muy baja. No pudo evitar que se le escaparan un par de lágrimas cuando Hugh Grant se marcha de la habitación de Julia Roberts con el cesto de basura, y también hacia el final cuando ella le dice: “After all... I'm just a girl, standing in front of a boy, asking him to love her…” (Después de todo, soy sólo una chica, parada enfrente de un chico, pidiéndole que la ame).
Todas esas escenas cobraron un nuevo significado pues Valentina las estaba mirando con otros ojos, nuevo ojos. Una visión del mundo que antes no tenía pues nunca antes había sentido por otra persona las cosas que sentía por Juliana. Inconscientemente intensificó su agarre en la pierna de la cocinera quien simplemente sonrió tiernamente dejándose atrapar también por esas escenas.
“Por favor dime que llega a la conferencia de prensa…” Dijo Juliana en voz alta y Valentina sólo la miró fijamente, se incorporó y se refugió en su nuevo lugar favorito en el mundo: ese pequeño hueco entre el hombro y el cuello de la cocinera. El único lugar en el mundo en donde encontraba confort y todo aquello que necesitaba en estos momentos.
“Pues no te voy a spoilear el final Juls… tienes que mirar” Suspiró cuando sintió las cálidas manos de la morena capturando las suyas.
Dios... cómo haces para siempre tener las manos tan cálidas... cómo haces tú para siempre ser tan cálida y llena de luz... Inmediatamente pensó Valentina.
Pues que manos frías tienes todo el tiempo morrita... es paradójico considerando que derrites todo con esos ojitos... Pensó la cocinera sonriendo y dispuesta a servirle de fuente de calor en todo momento y lugar que fuera necesario.
“Además… qué clase de películas románticas sueles ver?” Preguntó Valentina pues en su mundo cinematográfico siempre los que se aman encuentran la manera de estar juntos en el final. Esa era una de las tantas normas no escritas del mundo de las comedias románticas de Hollywood.
“City of Angels?” Contestó de inmediato Juliana, pues a decir verdad esa era una de las pocas películas románticas que había visto en su vida y había sido por la canción Uninvited. En ese preciso instante Valentina levantó su cabeza y la miró con su mejor cara de horror.
“Ya… pues ahora entiendo tantito Juls…” Contestó con total sinceridad y Juliana soltó una carcajada pero rápidamente la chica de los ojos de cielo volvió a su posición original pues no había razón en el universo lo suficientemente válida que la apartara de allí por mucho tiempo.
Juliana sólo se limitó a derretirse por centésima vez esa noche y apoyar su cabeza sobre la de Valentina, intensificando su agarre sobre las manos de la muchacha. Ya casi están a una temperatura razonable… Pensó contenta con el resultado.
Finalmente la película terminó y Valentina no pudo evitar que una pequeña lágrima ruede por su mejilla.
“Estás bien morrita?” Preguntó Juliana notando la situación.
Va a pensar que soy una floja… pero es que le estaba leyendo en el banco de June y Joseph…
“For June who loved this garden, from Joseph who always sat beside her... Some people do spend their whole lives together…" (para June quien amaba este jardín, de Joseph quien siempre se sentaba a su lado... Algunas personas sí pasan toda su vida juntos)
Valentina recitó ese pequeño fragmento de diálogo algo pensativa, como finalmente entendiendo algo que parecía haberla eludido durante mucho, muchísimo tiempo.
Juliana de alguna forma comprendió que este era un momento significativo para su compañera y sólo se limitó a acariciar tiernamente una de sus manos. La verdad era que la frase de Valentina también había resonado en ella, pues nunca se había cuestionado la no existencia del amor verdadero hasta ahora.
La morena siempre había creído que ese tipo de amor no sucedía en el mundo real, que era sólo un invento para vender un trozo de ilusión, un ideal detrás del cual siempre correr en lugar de aceptar la realidad; que el amor era una construcción y no un sentimiento espontáneo, algo que aflora sin buscarlo. Pero ahora, pues ahorita estaba con la mujer que con sólo sonreír derrumbaba todas sus estructuras y presunciones.
Ay morrita… si tan sólo supieras lo que me estás haciendo con sólo existir en este universo…
Pues entonces es así cómo se siente… enamorarse es esto… ay Juls… cómo hago para explicarte cómo me haces sentir y que no quieras salir corriendo?
Valentina inconscientemente incrementó su necesidad de cercanía al cuello y cuerpo de su cocinera y Juliana felizmente se apoyó aún más en el sillón, quedando en una posición semi acostada, rodeando a su morrita con sus brazos.
Ambas estaban extenuadas de un día súper largo y ajetreado pero también cargado de mucha expectativa y emoción por su inminente encuentro. Era lógico que sin proponérselo siquiera se relajaran y disfrutaran de sentirse mutuamente, de desconectarse de todo menos de la presencia de la otra, de perderse la una en la otra.
Tanto Valentina como Juliana sucumbieron ante el cansancio pero también a la la paz y profunda armonía que se brindaban mutuamente. Luego de un par de horas de profundo sueño, Juliana despertó primero para encontrarse nuevamente durmiendo en un sofá y una vez más con Valentina adherida a su cuerpo. Su sonrisa no cabía en su rostro y besó tiernamente la frente de la dueña de la fragancia más intoxicante del planeta.
“Val… Val… oye morrita…” La llamó apenas por sobre un susurro mientras dejaba pequeños besos sobre su frente y su cabeza. “Val… despierta... ya es súper tarde hermosa…” Volvió a insistir y su compañera apenas abrió sus ojos sonriendo ligeramente.
“Juls porfa… sólo… quédate conmigo”
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Hola! Sé que es un posteo súper corto, pero realmente no quería dejar tantos días sin actualizar pues mañana tengo un día muy pero muy largo y no sé si podré postear.
El miércoles prometo un nuevo capítulo mucho más largo.
Como siempre muchas gracias por leer esta historia y por sus comentarios y sus votos, pues todo esto significa mucho para mí. De verdad muchísimas gracias!
Mientras ustedes sigan leyendo yo seguiré escribiendo :)
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Yellow
FanfictionHola!! Esta es una historia pensada para usar los personajes de Amar a Muerte pero en un contexto completamente diferente, algo así como una versión mezclada y adaptada de Amar a Muerte y la película ¿Conoces a Joe Black? Espero que les guste! Si bi...