Capítulo 65 - Monsters

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“Deep into the darkness' where I hide
Deep into the darkness...”

(Canción recomendada de hoy Monsters de Hurricane Bells, la pueden encontrar en iTunes o YouTube)

“S-si… por supuesto que me quedaré aquí contigo Juls” Contestó Valentina aún sin poder sacudirse la sorpresa ante las preguntas de su novia.

Las pocas horas que quedaban de la tarde transcurrieron en aparente calma, con Valentina cómodamente ubicada en la silla al costado de la cama de su cocinera en total silencio. Hacía ya un par de horas que Juliana había sucumbido al cansancio y al probable efecto residual de las drogas que le habían administrado la noche anterior y buena parte de ese día.

Pero la calma era solo aparente, pues Valentina no parecía capaz de salir del estupor que reinaba en su cabeza. Aún no habían transcurrido ni 24 horas desde que vió cómo Juliana se desmoronaba frente a ella, y pasar de esa imágen directamente sin escalas a la situación actual no tenía absolutamente ningún sentido o explicación. 

Por supuesto que Valentina estaba agradecida al universo por esta milagrosa recuperación de la mujer que amaba, pero de alguna extraña manera no se sentía como una recuperación en lo absoluto. No podía aún precisar exactamente en qué parte de su mente una pequeña señal de alarma retumbaba cada vez más y más alto.

Y lo que agravaba aún más su estado de inquietud era el hecho de que su cocinera no parecía recordar nada, no sólo de lo ocurrido el día anterior lo cual sería bastante lógico, si no de toda su vida pasada en general, incluyéndola a ella. Si debía ser honesta consigo misma, nada la asustaba más que ese concepto. ¿Y si no podía lograr que recuerde? ¿Y si Juls, su Juls nunca más regresaba a ella? Sólo perderla físicamente la asustaba más que la situación actual.

Valentina fue devuelta de los confines de sus pensamientos por unos leves y casi imperceptibles golpes en la puerta. Apenas levantó sus ojos hacia aquella dirección encontró a su hermano asomado a través de la puerta.

“Guille… qué haces aquí? Te dije que no era necesario que vengas hermanito…” Apenas susurró una vez que rápidamente acortó la distancia con el moreno mientras se dejaba envolver por los brazos de su hermano.

“No pues como crees… además, te traje la cena… pues supuse que lo que menos se te ocurriría es comer…” Contestó el muchacho una vez que el abrazo terminó mostrándole la bolsa que traía en una de sus manos.

“No era necesario… de verdad....” Insistió la rubia y su hermano levantó ambas cejas en total discrepancia.

“Sí… sí era necesario pues seguramente no has comido nada desde el desayuno… así que aquí tienes… un envío especial de Chivis…” Agregó el moreno y la cara de Valentina reflejó su total gratitud. 

“Pues… gracias…” Concedió con una media sonrisa.

“Y… cómo está? Algún otro cambio?” Guille preguntó mientras señalaba con su mirada a la hermosa muchacha que parecía descansar plácidamente.

“Pues no… como te dije más temprano… no recuerda absolutamente nada… nada de lo sucedido ni nada de toda su vida anterior… por lo demás… es un verdadero milagro” Comentó Valentina totalmente desanimada, rápidamente quitando sus ojos de su cocinera y dirigiendolos al piso pues temía que las lágrimas nuevamente se hicieran presentes.

“Y cómo es eso posible?” Volvió a preguntar Guille pues no salía de su asombro.

“La neta es que no sabemos… nada de esto tiene una explicación lógica… pero me aterra solo pensar que nunca recupere sus recuerdos…” Valentina soltó esas palabras y su dolor era prácticamente palpable.

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