Capítulo 64 - Sympathy for the devil

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“Pleased to meet you
Hope you guess my name”

(Canción recomendada de hoy Sympathy for the devil de The Rolling Stones, la pueden encontrar en Spotify)

Valentina no podía creer lo que estaba presenciando. Nunca en su corto trayecto en el área de la salud vió una recuperación de un paciente de esas características en tan poco tiempo. Su cerebro estaba en permanente cortocircuito entre su conocimiento teórico y la esperanza de que su novia volviera a ella.

La rubia se quedó allí parada, observando a su morena como petrificada. Su corazón latía aceleradamente por la anticipación pero a la vez el miedo a que su novia no fuera la misma de antes no la dejaba acercarse hacia donde estaba el centro de su universo.

Valentina podía sentir la mirada de Juliana sobre ella escaneandola de pies a cabeza, y por primera vez desde aquella noche en el restaurante donde trabajaba la morena, esos hermosos ojos color café le resultaban ajenos, como desconocidos pues no transmitían su habitual calidez.

Varios segundos transcurrieron en total silencio, con ambas mujeres simplemente mirándose mutuamente como intentando reconocerse. Súbitamente Juliana pareció reaccionar y comenzó a desviar sus ojos y todo su rostro junto con ellos, recorriendo la totalidad de la habitación hasta posarse finalmente en su mano derecha. La levantó suavemente observando con suma atención la vía periférica que tenía allí enclavada. Apenas Juliana levantó su otra mano para investigar de qué se trataba el dispositivo Valentina pareció salir de su trance interrumpiéndola.

“No Juls…” Prácticamente exclamó alzando levemente su mano derecha y la morena nuevamente fijó sus oscuros ojos sobre ella. La respiración de Valentina se volvió errática cuando, una vez más, no pudo reconocer a su novia en esos mares de chocolate.

Sólo… respira Valentina… seguramente ella está confundida, acaba de despertar de un coma inducido… ya… ya volverá… Meditó la rubia en su mente y en ese instante Juliana ladeó levemente su cabeza como intentando descifrar lo que allí acontecía.

Otra tanda de segundos transcurrieron en total silencio hasta que Valentina pareció salir de sus pensamientos y decidió que lo mejor sería intentar explicarle a esa increíble morena todo lo que había sucedido en las últimas 24 horas.

“Juls…” Verbalizó apenas por sobre un susurro mientras acortaba lentamente la distancia hasta la cama y Juliana la miró aún más extrañada.

“Es-ése es tu nombre… bueno tu nombre es Juliana… pero yo te digo Juls… mi Juls…” Explicó la rubia y tomó cuidadosamente la mano de su novia, esa misma que tenía la vía periférica, entre las suyas.

Y una vez más Valentina comprobó lo fría que estaba la delicada mano de su amor, inmediatamente posó en ella sus ojos de cielo y arqueó ambas cejas en sorpresa.

Por qué sigues tan fría… Dios… como extraño tu calor… Pensó reflejando en sus ojos esa profunda tristeza que aún la acompañaba.

“Juls… tu Juls…” Sintió la voz resquebrajada de Juliana pues su garganta aún estaba pagando las consecuencias de haber albergado un tubo y Valentina levantó los ojos totalmente sorprendida, esbozó una genuina sonrisa por primera vez en lo que se sentía como una eternidad.

“Si… mi Juls…” Contestó con sus ojos de cielo reflejando una mínima luz de esperanza que intentaba abrirse paso entre tanta tristeza.

Juliana simplemente apartó sus oscuros ojos por un instante una vez más como intentando meditar lo que acababa de oír. Luego de varios segundos volvió a hacer contacto visual con la hermosa mujer que aún sostenía su mano entre las suyas. Valentina tuvo que literalmente concentrarse en mantener un patrón respiratorio, pues cada vez que esos ojos hacían foco en los suyos esa sensación de extrañeza se hacía presente.

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