Capítulo 22 - I call it magic

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Valentina se sonrojó aún más de lo que ya estaba, lo cual según sus estimaciones era virtualmente imposible pero aparentemente Juliana de ahora en más tendría ese efecto sobre ella.

“Perdón Val yo” Agregó Juliana temerosa de estar arruinando el momento pero fue interrumpida nuevamente por Valentina, sólo que esta vez fueron sus labios los que hicieron el trabajo.

Para Valentina besar a Juliana no se comparaba a nada de lo que conocía, era algo totalmente fuera de lo que alguna vez había vivido y altamente intoxicante. Aún no podía creer que a partir de ahora tendría acceso irrestricto e ilimitado a esos labios por lo que inconscientemente sonrió mientras los recorría suavemente con los suyos.

Dios… moriré de una arritmia si no puedo controlarme alrededor de ella… Automáticamente pensó una agitada Valentina apenas el beso concluyó, nuevamente con sus frentes apoyadas una sobre la otra.

“Te parece si… salimos… un café?” Pero Juliana no pudo ni enunciar ni terminar su frase correctamente pues su respiración era demasiado errática y sus neuronas no estaban conectando en tiempo y forma.

El efecto Carvajal… Fue su único pensamiento coherente del momento.

Valentina sonrió perfectamente consciente del porqué a la cocinera le era tan difícil sonar como una persona articulada, pues ella estaba experimentando la misma escasez de lenguaje en ese instante. Algo sobre besarse de esa forma enlentecía sus patrones neuronales y exponenciaba su libido.

“Tengo una idea mejor… ven” Sonrió Valentina luego de un par de minutos, se separó muy delicadamente de su cocinera y la tomó de una de sus manos. Juliana la miró sin entender demasiado y Valentina sólo rió tiernamente. “Confías en mí?” Preguntó y la cara de la morocha reflejó una mezcla de afirmación y cautela a lo cual Valentina soltó una risotada para luego fingir enojo. “Juliana Valdés… no confías en mí????” Dijo llevándose su mano libre a su pecho en señal de indignación.

“Pues… supongo que sí morrita… digo, qué es lo peor que puede pasar?” Sonrió Juliana mientras dejaba ser guiada por Valentina hasta la puerta.

“Ya verás cuán equivocada estabas Valdés… ven acompáñame hasta el carro, necesito tu ayuda con algo” Le pidió Valentina guiñandole el ojo y abriendo la puerta para que pasara primero.

Cuando Juliana vió las cajas en la parte trasera del coche de Valentina se sonrió profundamente. Sólo Valentina podía comprarse el sistema de audio antes que la casa. Es la mujer más hermosa y más tierna del planeta... Pensó instantáneamente.

“No puedo creer que te compraras el sistema de sonido sin saber si tomarías el apartamento” Dijo Juliana risueña mientras cargaban las cajas de vuelta al apartamento.

“Sabes… mi padre y mi hermano Guille dirían lo mismo…” Contestó Valentina intentando llegar a destino con el último esfuerzo pues venía bastante cargada. Luego de apoyar sus cajas sobre los escalones abrió la puerta y le hizo un gesto a Juliana para que entrara primero. “Creo que sólo mi hermana Eva me entendería”

“Dónde lo vas a querer morrita?” Preguntó Juliana una vez parada en medio del inmenso living, o lo que sería uno a la brevedad. Valentina se paró a su lado apoyando también sus cajas en el suelo y miró pensativa a su alrededor.

“Qué te parece allí?” Preguntó señalando al espacio justo al lado del gran ventanal que daba salida al patio. Era un espacio perfecto para un sistema de sonido pero Valentina preferiría instalar un gran piano para Juls allí, sólo que era un tantito pronto aún para sugerir ese tipo de cosas y que la chica no saliera corriendo espantada.

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