Yellow

Capítulo 59 - Death and all her friends

"Even though you're the only one I see
It's the last catastrophe
Place your bets on chance and apathy”
-Slow life, Grizzly Bear & Victoria Legrand

(Esta canción de Grizzly Bear es la recomendación de hoy para escuchar mientras leen el capítulo, la pueden encontrar en iTunes o YouTube)

Valentina nunca creyó que un beso podía sentirse así. Ciertamente habían compartido una cantidad bastante importante de besos hasta ese momento pero ninguno se había sentido de esa forma. Literalmente no había parte de su ser que no estuviera sintiendo la necesidad en los labios de Juliana y el principal destinatario de tamaña demostración se encontraba en el centro de su pecho, desbordando felicidad e intentando reciprocar exactamente todo lo que estaba experimentando.

“Te amo Juls… te amo mi vida…” Valentina apenas alcanzó a verbalizar esas breves pero contundentes palabras mientras su novia apoyaba su frente sobre la suya. Instintivamente la rubia buscó nuevamente esos labios capturandolos entre los propios en otro intento de demostrarle a su cocinera exactamente cuán profundamente enamorada de ella estaba y lo agradecida que se encontraba con el universo de que tuvieran una nueva oportunidad.

Ese segundo beso no tenía absolutamente nada que envidiarle al primero y aunque los pulmones de Valentina estaban llegando al límite de su capacidad aún no estaba dispuesta a soltar a su morena.

“Val… amor…” Juliana apenas pudo dejar escapar esas palabras entre los labios de Valentina.

“Te amo Juls… te amo… porfa no te vayas amor… porfa…” Suplicó más que solicitó la rubia mientras abandonaba los mejores labios del universo solo para esconder su rostro en el cuello de su novia y a la vez la capturaba entre sus brazos tan fuerte como podía, dejándose llevar por ese hermoso aroma a lavanda y jazmines.

Juliana sonrió levemente y reciprocó el abrazo tanto como pudo, envolviendo a su novia entre sus brazos y llenándose una vez más de esa intoxicante fragancia, esa que tenía la capacidad de transportarla a un lugar de plena paz y felicidad. Valentina podía sentir como latía el corazón de su novia contra su propio pecho mientras se dejaba atrapar por esa característica calidez que constantemente emanaba de la morena.

“Siempre estaré contigo morrita… siempre…” Contestó tímidamente derramando con profunda y total sinceridad esas palabras sobre el oído de Valentina, pero a la vez con un dejo de tristeza el cual fue inmediatamente percibido por la rubia.

En ese instante Valentina sintió como algo en su pecho se retorcía, como si una mano imaginaria se hubiera mentido en el centro de su anatomía y estrujaba su corazón. Sus latidos se hicieron erráticos y nuevamente ese claro y distintivo dolor volvía a hacerse presente, atravesandola de lado a lado. Pudo sentir como la calidez de la morena que la envolvía comenzaba a desvanecerse y comenzó a abrir sus ojos lemtamente dispuesta a hacer todo lo necesario para no dejarla ir.

Pero apenas esos ojos de cielo se abrieron Valentina se encontró sola, en la misma posición en la que se había dormido sobre aquel sofá. Un frío recorrió su espalda desde la base de su cuello bajando por toda su espina y ese dolor tan lacerante en el centro de su ser parecía no darle respiro.

“Juls…Juls!” Replicó hacia el vacío de esa habitación, sus ojos buscando a su novia por cada rincón donde se posaban pero sin éxito, pues Valentina no parecía capaz de encontrar ni un solo rastro de la mujer que hacía instantes le confesaba su amor y la derretía con su calor.

El cerebro de la rubia tardó varios segundos en procesar todo lo que estaba ocurriendo pues toda su racionalidad le gritaba que solo se había tratado de un sueño, pero a su vez desde lo más profundo de su corazón ella sabía, aunque no pudiera explicarlo aún, que su novia había estado allí y que habían compartido esos besos, que todas esas palabras habían escapado de sus labios.