Yellow

Capítulo 21 - Estar contigo...

La siguiente hora transcurrió con Valentina completando todos los formularios correspondientes hasta que finalmente la transacción finalizó con la famosa entrega de las llaves. Juliana nunca había visto tanta alegría en los ojos de otra persona en toda su vida y no podía evitar sentirse feliz por la muchacha de los ojos de cielo.

Valentina soltó varios grititos de felicidad cuando regresó de acompañar a la Señorita Osorio hasta la salida de su nuevo hogar, dando pequeños brincos en todo el trayecto de vuelta. Nuevamente se acercó a su cocinera necesitando estrecharla entre sus brazos y sentirla cerca pues no había nadie más en ese momento con quien quisiera compartir su dicha.

“Lo hiciste morrita! Felicidades! Realmente este lugar es hermoso…” No más que tú... Juliana por supuesto no dijo esas últimas cuatro palabras en voz alta. Entre la proximidad al cuello de Valentina y su exquisita fragancia no estaba segura de poder aguantar sin besarla y menos si dejaba escapar esos pensamientos.

Valentina no podía más de alegría y no podía más por la proximidad de su cocinera. Finalmente tenía un lugar propio, que si bien había sido regalo de su padre, no dejaba de sentirse como su segundo gran logro. El primero había sido graduarse y este era ese segundo gran paso que le restaba para iniciar el resto de su vida. Se sintió más que afortunada de poder hacerlo en la compañía de la persona que le cortaba la respiración y aceleraba su pulso. Quizás todo en su vida se estaba acomodando y era la forma en que el universo le estaba poniendo una fecha límite a sus días de oscuridad.

“Gracias Juls… gracias!” Suspiró Valentina mientras intensificaba su abrazo, acercando a la morena a su cuerpo aún más, algo que sintió en toda su anatomía. Dios… muero por besarla… ya Carvajal, contrólate! Primero debes hablar con ella y aclarar todo… mmmm pero qué bien huele, cómo hace para oler siempre tan rico...

“Pues no es nada Val…” Sonrió Juliana mientras comenzaba a separarse del abrazo pues todas sus alarmas internas se dispararon al mismo tiempo cuando sintió a Valentina tan pegada a ella. Definitivamente debía comenzar a moverse y circular por el lugar pues mantener una distancia segura era imperativo si quería sobrevivir a esa tarde. Juliana se sentía como un boxeador contra las cuerdas en el round 12 cuando ya casi no te queda resto físico y ni sientes las piernas.

Valentina no quería dejar a su cocinera ir pero también sabía que era lo más sensato si quería contener sus instintos. La fragancia a lavanda y jazmines de Juliana estaba haciendo estragos en ella.

“Ahora tienes que comprarte muchísimas cosas morrita” Comentó Juliana mientras se transladaba a la cocina.

“Pues creo que sí… menos las cosas esas de la cocina…” Contestó pensativa.

“Por las cosas esas de la cocina te refieres a la nevera... microondas... horno y hornallas?” Juliana estaba riendo.

“Supongo que sí” Agregó Valentina algo desorientada y riendo también. “Es que la neta Juls… este no es mi territorio…” Dijo algo preocupada mientras se dirigía hacia su nueva cocina.

“Es neta??! No pues como crees… no me habia dado cuenta” Juliana seguía sonriendo ante la carita de desamparo de la muchacha.

“Vas a seguir mucho tiempo más con este bullying?” Valentina trató de fingir malestar parándose justo enfrente de la morena tratando de lucir desafiante.

“Ya… ya, tienes razón morrita… si quieres te puedo enseñar lo básico de cocina… como ofrenda de paz?” Contestó con esa media sonrisa que volvía loca a Valentina, y la expresión más dulce del planeta lo que tampoco estaba ayudando.

Valentina inspiró hondo y bajó su mirada un segundo mientras mordía su labio inferior. Tuvo que apoyar su mano derecha en la encimera para estabilizarse. Literalmente no sabía cómo contenerse, pues nunca en su vida había sentido tal atracción ni tal necesidad de besar a alguien.